aracena

Concurrida y devota procesión de la imagen de la Virgen del Rosario

  • El coro de los campanilleros acompaña a cientos de vecinos por las calles del municipio

El canto de los campanilleros y la tradición del Rosario de la Aurora son una de las tradiciones más antiguas y queridas en Aracena. Puede presumir de tenerla, vivirla y conservarla ente generaciones tras varios siglos de historia. Una tradición vinculada también a la Cofradía de la Virgen del Rosario que celebró su procesión por las calles del centro de la localidad y del barrio de Santo Domingo. Una procesión, como siempre multitudinaria, con una cofradía querida y una imagen portada en un paso muy bello. Todo con su cuadrilla de costaleros y capataces y al son de la Banda Municipal de Música de Aracena.

La festividad de la Virgen del Rosario está históricamente ligada a los campanilleros con el Rosario de la Aurora. La tradición es despertar a los vecinos para que vayan al Rosario, primero, y a misa, en segundo lugar, que suele comenzar pasadas las siete y media de la mañana en la parroquia, de donde parte el Rosario. El único cambio es que el último domingo de mes se sube a la Iglesia Prioral del Castillo y allí tiene lugar la misa del Rosario, que es una de las más concurridas. Un coro que incluso canta las horas previas al Rosario, toda la madrugada, para así llegar a los barrios más antiguos de la localidad. En este caso lo hacen en solitario y luego en el Rosario como tal acompañado de la Cofradía, el pueblo y el cura párroco.

Históricamente es una devoción extendida por los frailes dominicos desde mediados del siglo XVI cuando se instalaron en el antiguo Hospital de San Sebastián, a la entrada del pueblo serrano por la carretera de Sevilla. Actualmente es la iglesia de Santo Domingo, además del barrio que lleva su mismo nombre, uno de los más antiguos de Aracena. En el siglo XVII destacó la figura de la Madre Trinidad, una de las monjas dominicas del convento de Jesús María y quien promovió a los campanilleros como un reclamo para incrementar la devoción al Rosario. De hecho, algunas de las letrillas más antiguas se le atribuyen a ella y de ahí que la Cofradía del Rosario acompañe al coro durante la última parte del recorrido.

Las coplas de los campanilleros hacen referencia a los misterios del Rosario, reflejando el devenir del pueblo y sus devociones marianas.

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