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El Arenosillo celebra medio siglo como centro científico de referencia

  • Las instalaciones son un modelo de desarrollo de proyectos de energía renovable, estudio de la atmósfera y experimentación con aeronaves

Momento en el que se descubre el monolito.

Momento en el que se descubre el monolito. / H.I.

El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) celebró ayer en el Centro de Experimentación El Arenosillo (Cedea) su medio siglo de vida. Coincidiendo con el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, las instalaciones de la costa mazagonera rememoraron las imágenes de aquel primer lanzamiento inaugural: un cohete Judi-Hart que el 14 de octubre de 1966 sobrevolaba los cielos y daba el pistoletazo de salida al estudio en España de la estratosfera. Diez lustros después de aquellos acontecimientos, el centro es hoy un referente europeo en la certificación y desarrollo de proyectos de energías renovables, la investigación y estudio de la atmósfera, así como la realización de ensayos y experimentación con sistemas, aeronaves y aviones no tripulados.

Con motivo de esta efeméride, el organismo público de investigación, adscrito al Ministerio de Defensa, estuvo representado al más alto nivel por el director general del INTA, el teniente coronel Ignacio Azqueta, el secretario general, Luis Antonio Boixareu, su homólogo del Cedea, coronel Ignacio Vara; el subdirector de Sistemas Aeronáuticos, Bartolomé Marqués; el general de división y director de Enseñanza del Mando de Personal del Ejército del Aire, José María Salom; su homólogo del Ejército de Tierra, el teniente coronel Salvador Rosell; el capitán de fragata y comandante naval de Huelva, Francisco Javier Martínez; el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero; el subdelegado de Defensa de Huelva, el coronel Juan Francisco Feal; y autoridades civiles como el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Francisco José Romero, y el alcalde de Moguer, Gustavo Cuéllar; entre más de medio centenar de autoridades.

Azqueta destacó cómo un grupo de "visionarios españoles apuntaron la necesidad de que España se abriese al espacio, constituyendo en 1963 el germen de la Comisión Nacional de Investigación del Espacio que establecería su relación con el INTA". Un año más tarde (1964) se iniciaron los estudios para determinar el emplazamiento de un campo de lanzamiento de cohetes y experiencias con globos y equipos de tierra "destinados, inicialmente, al estudio de la atmósfera y la meteorología".

Mariano Vázquez, autor del libro De El Arenosillo al Cedea, reveló que el Gobierno de España sopesó otros emplazamientos como Finisterre, que se descartó por las inestables condiciones atmosféricas, y Cabo de Gata, que tenía un alto tráfico marino. Finalmente la Playa de Castilla, cerca del Parador de Mazagón y junto al arroyo Arenoso, de donde adoptaría el centro su nombre, fue el escenario elegido como base de operaciones. Una decisión que, en retrospectiva, se ha revelado como todo un acierto por las propicias condiciones meteorológicas para los ensayos en vuelo. Los 320 días de sol al año que ofrece la zona suroeste de España, así como su amplio frente marino para el despegue de cohetes así lo atestiguan. No en vano, las instalaciones costeras gozan de uno de los mayores espacios aéreos segregados en Europa, lo que unido a una instrumentación de última generación y la alta cualificación y experiencia del personal les ha convertido en un centro de vanguardia.

Para finalizar el acto, el coronel Ignacio Vara tomó la palabra para desgranar algunos de los proyectos en los que están inmersos, entre ellos el CEUS de aviones no tripulados, una iniciativa que les pondría a la vanguardia mundial.

En el medio siglo de historia el INTA ha desarrollado una encomiable actividad científica y tecnológica. Desde sus instalaciones se han lanzado 558 cohetes, algunos de producción propia como los modelos INTA 255, y sus homólogos 300 y 100. Además se han realizado 58 vuelos con globos estratosféricos para el estudio y diagnóstico de la atmósfera. En la actualidad el CEDA, dependiente de la Subdirección General de Sistemas Aeronáuticos, es el principal campo de pruebas instrumentalizado para la experimentación de vehículos aeroespaciales del Ministerio de Defensa de España.

En los últimos años también se ha dado un espaldarazo a la modernización de los sistemas de radares de vigilancia y trayectográficos, estaciones optrónicas, comunicaciones, telemedida y centro de control y evaluación.

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