Podríamos decirlo de la situación en la guerra de Ucrania, esa invasión demoledora y sanguinaria inconcebible en estos tiempos, pero que dolorosa y horriblemente sufrimos con una sensación de impotencia e indefensión lamentable. Me refiero a la película "Sin novedad en el frente", una excepcional producción cinematográfica alemana que ha merecido cuatro "Oscar" de la Academia de Hollywood (podrían haber sido más, tenía 9 nominaciones). Uno ve la película con un creciente estremecimiento que no termina hasta el fin y aun así, queda sensiblemente conmovido. En mi larga experiencia como espectador cinematográfico - lo fui desde muy pequeño - y como crítico de cine, no dudo en anotarlo entre los más destacados títulos de la filmografía bélica que es muy extensa.

Leí la novela de Erich María Remarque (una trágica crónica antibelicista protagonizada por unos jóvenes soldados alemanes en la I Guerra Mundial) hace ya muchos años, precisamente cuando cumplía con mis deberes militares, que eran obligatorios. Entonces, con la diferencia del tiempo transcurrido desde su publicación, pienso que no fui realmente consciente del impacto que pudo tener en los lectores de la época, 1929, cuando se editó. Creo que hubiera sido mayor de haberse publicado antes. Como quiera que sea el libro dejó una huella indeleble en la narrativa bélica como ocurrió después con "Adiós a las armas" (1929), que tuvo dos versiones cinematográficas. Su autor, Ernest Hemingway, escribiría "Por quien doblan las campanas" (1940), sobre la guerra civil española, de la que Sam Wood hiciera una versión cinematográfica que estuvo prohibida en España 37 años tras la muerte de Franco, como le ocurrió a "Senderos de gloria" (1957), de Stanley Kubrick, sobre otro libro epítome del género de Humphrey Cobb. Imprescindibles también son "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" (1916), de Vicente Blasco Ibáñez, uno de nuestros grandes novelistas, de la que se hicieron dos versiones cinematográficas en 1921 y 1962 y la impresionante "Johnny cogió su fusil" (1971), del genial guionista Dalton Trumbo, uno de los más perseguidos en la triste época de "la caza de los claveles rojos".

"Sin novedad en el frente" (con dos versiones anteriores en 1930 y 1979), es una gran película que acierta a conjugar todos los elementos y resortes emocionales (a veces sobrecargados) que contribuyen a lograr una memorable creación artística. Un poderoso alegato antibélico casi homeopático, que, extremando las escenas más escalofriantes - los tanques pasando sobre las trincheras y aplastando a los combatientes, entre otras no menos espeluznantes y explícitas -, consigue momentos de gran ternura, humanidad, crueldad y una patética estética visual. Es la dantesca visión de los goyescos "horrores de la guerra", un pecado universal que siguen cometiendo genocidas como Putin y un numeroso enjambre de despiadados seguidores que le apoyan o le niegan las armas a los ucranianos.

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