P style="text-transform:uppercase">alos de la Frontera, en su sagrario de Historia que son los terrenos de La Rábida, junto al río Tinto, ha sido nuevamente eje y centro de una celebración anual que honra el recuerdo de una hazaña que al cabo de noventa y un años, permanece viva con todo el honor y el cariño de esta población, Cuna de América.

Cuando aquella mañana del día 22 de enero de 1926, las alas del hidroavión Plus Ultra se elevaban sobre la confluencia de dos ríos de historia al mando del comandante Ramón Franco, comenzaba a escribirse una página más, pero única en su realidad, de este pueblo cargado de sentimientos y de valores en los siglos. La llamada Santa María del Aire, por Manuel Siurot, emulando a aquella otra que al mando de Cristóbal Colón surcaba las aguas profundas y llenas de esperanza de un océano temido, portó el sentimiento de amor de España a sus tierras americanas.

Aquellos héroes de un raid aéreo increíble y lleno de arrojo y valentía, ponían broche de honor al espíritu de grandeza del Ejército del Aire. Franco, Ruiz de Alda, Durán y Rada, pasaban a la historia que Palos de la Frontera, en una línea de orgullo y nobleza, mantiene con alegría y honor.

Llevo sesenta y siete años asistiendo e interviniendo en el homenaje anual ante el Ícaro del Triunfo junto al Muelle de la Reina y puedo atestiguar como hijo adoptivo de Palos, con la Real Sociedad Colombina, su Ayuntamiento y luego con la unión de la Real Sociedad Palófila Pinzoniana y el Club Social Plus Ultra, organizan y viven la fecha con toda solemnidad y homenaje al Ejército el Aire, representado este año por el general Pablo J. Castillo Bretón, de la base de Tablada, con el coronel Serrano, la banda de música del Ejército del Aire en Tablada y la asistencia de todas las autoridades militares de Huelva junto con el prior de La Rábida.

Mientras sonaban los himnos, la formación Plus Ultra del Aeroclub de Huelva firmaba en el cielo rabideño el más bello mensaje de recuerdo a la gesta, a sus protagonistas y a la nación argentina.

Es de agradecer con todo calor y amistad la presencia del Ejército del Aire, que cada año nos da el testimonio vivo de una entrañable unión con la historia de los grandes hechos de la aviación española.

En esta ocasión fue mostrado al público, al pie del monumento, el busto en bronce con la figura del comandante Franco, jefe de la expedición transoceánica, al que Palos le debía este recuerdo y homenaje justo que las próximas generaciones seguirán valorando y recordando en la sala que la Real Sociedad Colombina tiene en el convento franciscano dedicada al histórico vuelo.

Palos de la Frontera, fiel a su lema por el mar y por el aire, siempre continúa "más allá" en su progreso y puesto primordial en la Historia de nuestra provincia onubense.

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