Me resulta difícil comprender que después de la euforia del éxito electoral y tas la huida hackea delante de la convocatoria para el 23-J planteado por el, una vez más, derrotado Sánchez se está comenzando a instalar, en las fueras de determinada derecha, una respecte de mantra sobre la valentía, estrategia… del monclovita, cuando lo que es realmente no va mucho más allá del “trileros o”, adornado con dosis patológicas de endogamia.

No voy, lógicamente, por espacio a enumerar las maniobras, mentiras, manipulaciones propagandísticas y la falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos con su obsesiva explotación de la coyunturalidad en beneficio, exclusivamente, propio aunque tuviera que blanquear, indultar o abrazar a todos los anticonstitucionalistas del espectro político con tal de permanecer en la Moncloa o a bordo del Falcon… pero el supuesto estratega sostenido por los socios resulta que acaba con ellos – menos uno, Bildu – vean los resultados del domingo y con su ventajista habitual, los chantajea con esta convocatoria que los pone al límite mientras él podría captar el global del voto de izquierdas. Hasta Otegui, único triunfador de los socios, le dice: “…¿cuándo dejamos de tomar a la gente por boba?”, echándole en cara los cuatro años de apoyo.

Menos mal, como tantas veces, que iba a agotar la Legislatura pero, naturalmente, no va a permitir la exaltación del éxito en los oponentes ni permitir le sieguen la yerba bajo los pies en su propio Partido, aunque sea él – nuevo ejercicio de chantaje interno – quien hará las listas electorales, mientras pone en marcha el argumentario de párvulos y con cada vez menos audiencia por el hartazgo social sobre la venida de la extrema derecha y las amenazas de la misma que se remontan a los tiempos de Viriato pero obvia la asociación con los violentos de hace solo unos años.

Un último comentario trascendente que demuestra su odio a Andalucía y a los andaluces, una zona imprescindible para ganar unas Elecciones Generales. Pues bien, su estrategia del 23-J, revela lo que le importan las CCAA que nunca estarán por encima de su interés personal y para ello utiliza el mayor rango de la Ley Electoral para saltarse el Estatuto de Andalucía que en su Título III sobre Convocatorias Electorales y en el Artículo 14.2 expresa la imposibilidad de elecciones entre el 1 de julio y el 31 de agosto. Queda claro, pues, el talante del personaje y como no ha digerido aún sus fiascos en nuestra tierra, por ello, ya sabemos andaluces todos, la necesidad de un ejercicio de responsabilidad contra quien no nos respeta y confronta con nosotros aplicando un criterio propio de la sabiduría popular andaluza “vale la pena perder un domingo de julio para ganar cuatro años de mejoría con vivencial y bienestar”. Para ello, hay otras claves tal cuales son que la actual oposición, no comenta errores de estrategia y comunicación, así como en cualquier competencia, perder el miedo a ganar y menos, cuando el adversario tiene ya “los pies de barro”.

¡Ah! Si no te gustan las fresas, no te las comas pero no las desprestigies y a ver si ya no puedes venir más a Doñana.

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