Estamos en primavera. Tiempo de luz, color, alegría, flores, nuevos ánimos..¡y de obras! Las obras debían ser cosas de todo el año, en bien de poner nueva cara a la ciudad que en muchos puntos lo necesita. Pero se da la circunstancia que con el buen tiempo los trabajos al aire libre son más llevaderos, útiles y rentables.

Desde hace meses las obras no cesan en nuestra ciudad, sobre todos la transformaciones de carreteras en vías peatonales. Muchas veces escucho diversos pareceres sobre la utilidad de estas peatonalizaciones , pero siempre he tenido claro de son necesarias en muchos puntos de la capital. Una calle peatonal ofrece un perfil mas cómodo, elegante y sobre todo da una perspectiva de amplitud zonal a la calle que la hace más aparente y con sentido de modernidad.

Soy partidario de calles peatonales con arboledas y bancos para descansar. Las veo como pequeños bulevares que dan tono y belleza. Quizás se note la falta de tráfico, a veces tan necesario, pero para eso están las autorizaciones de paso a vehículos comprometidos con los lugares.

Hace días comenzaron las obras de la que será nueva Plaza de la Merced. Por mi edad voy a conocer tres restauraciones de la misma. Conozco el lugar desde hace casi un siglo y en verdad que espero estas obras de ahora, con expectación y esperanzas. La última vez que la plaza cambio de fisonomía, creo que, a mi parecer, se maltrató su imagen característica. Se elevó el terreno urbano, desparecieron los típicos bancos, muy numerosos, de hierro, solo se conservó, para luego derribarse el bello y romántico kiosco donde cada semana actuaba, para delicia del barrio, la Banda Municipal. Fue una pena. Ese kiosco con sabor de ayer nunca debió quitarse. Los azulejos, los jarrones sobre las cuatro escalinatas de acceso y los pequeños parterres alrededor del mismo le daban mucha gracia y belleza. Todo pasó a la historia de los recuerdos.

La plaza va a estar a un mismo nivel. La vamos a ver más amplia, más diafana.Las palmeras, que son el símbolo del barrio de la Vega Larga se verán acompañada de nuevos árboles y espero que los bancos de descanso sean numerosos.

Siempre al comienzo de unas obras de restauración, tenemos esperanzas de que todo se mejore. Los cambios a efectuar en supresión de carreteras crearan nueva imagen de circulación y algunas calles de sus alrededores también se adaptaran a la nueva imagen de conjunto.

Soy muy susceptible con las obras en mi barrio, nací allí, lo he vivido en toda su plenitud y escribí un libro ( "La Vega Larga, mi barrio" ) sobre su historia, sus gentes, su imagen en los años y por eso tengo esperanzas en estas obras que van a trasformar unos de los rincones más bellos de Huelva. Lo que había no fue del todo acertado.

La vida de una ciudad se basa en su mejoría urbana de cara al futuro. La Huelva de hoy se está transformando con más bella imagen. Cuidémosla y mantengamos su cara moderna sin que pierda sus características tradicionales.Primavera, estación de muchas obras. Que sean acertadas.

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