La responsabilidad social de los medios de comunicación nos afecta a todos

Esta semana el mundo ha celebrado el Día de la libertad de prensa, un tema complicado donde los haya. Desde 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió el 3 de mayo como el día internacional para pararse a evaluar la situación de la libertad de los medios en el mundo para informar, pero las noticias sobre la evolución internacional de los principios de este derecho fundamental no son positivas. Hay poco que celebrar y mucho que denunciar.

La ONG Reporteros Sin Fronteras ha publicado su Clasificación Mundial de la Libertad de prensa 2017, y ha llamado la atención sobre el preocupante deterioro que sigue sufriendo. "Nunca se había encontrado tan amenazada la libertad de prensa como ahora", dicen, y hablan de China, de Siria, de Turkmenistán, de Corea del Norte, de Turquía… Miles de periodistas en el mundo son censurados o están encarcelados.

Periodismo independiente y rentable

Pero además del deterioro de la independencia informativa por las influencias políticas, el periodismo se enfrenta cada día a otro reto: el económico. Desde los orígenes de la profesión periodística, los medios de comunicación se han debatido entre su responsabilidad social y la realidad económica de las leyes del comercio. Como empresas que son la mayoría, se deben a su primera obligación, que es ser rentables, y también a su inevitable y superior responsabilidad de informar con rigor e independencia.

A estas alturas nadie discute la importancia del periodismo para formar una opinión pública crítica y madura, y servir de esta forma como guardián de la democracia. Porque "sin periodismo no hay democracia", eso es así.

Por eso creo que es tan importante la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas informativas. Si definimos la RSC como el conjunto de acciones que se hacen para causar un impacto positivo en los grupos de interés que nos rodean, al hablar de las empresas periodísticas esa responsabilidad adquiere niveles muy altos por el enorme impacto que tienen en la vida política, social y económica de una comunidad.

Es responsabilidad de todos, por el bien de todos

La libertad de prensa tiene la base y el motor en la libertad de expresión, un derecho fundamental que nunca está de más releer: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión", (Artículo 19, Declaración Universal de los Derechos Humanos).

Así que algo que nos afecta tan directamente a todos, y cuyo ejercicio responsable garantiza una sociedad madura, justa y democrática, no puede ser responsabilidad únicamente de las empresas periodísticas.

Está claro que los medios son conectores o intermediarios imprescindibles entre las diferentes partes que componen la sociedad, y eso los convierte en un sector económico especial. Por tanto están justificados ciertos privilegios como las protecciones legales para garantizar la libertad de expresión, pero también implica obligaciones especiales.

En la RSC de los medios de comunicación se necesita un compromiso verdadero que involucre no sólo a sus propietarios, directivos y redactores, también a los dirigentes políticos y a los de las empresas e instituciones que se sirven de los medios para llegar a la sociedad, y por supuesto a los consumidores de información en cualquiera de sus formas: escrita, audiovisual o digital. Nos guste o no, que el periodismo se ejerza con responsabilidad social nos afecta, y mucho, a todos.