Onubenses y turistas sobrellevan como pueden esta ola de calor, consecuencia de la entrada de una masa de aire africano. Abanicos, sombreros, bebidas refrescantes, baños en piscinas y escapadas a la playa. Todo vale para hacer más llevaderas estas altas temperaturas, que en algunos sitios de la provincia superaron ayer los cuarenta grados.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activó ayer el aviso naranja en el Andévalo y el Condado, en el periodo comprendido entre las doce de la mañana y las ocho de la tarde, y el amarillo en la Sierra de Aracena. En la localidad serrana de Alájar, el punto álgido de calor se registró a las cinco de la tarde con 41,6 grados, y en Aroche, a las cuatro de la tarde, con 41,3.

En la comarca del Andévalo, en Valverde del Camino se llegó a los 43,5 grados, a las seis de la tarde, y a la misma hora, en Tharsis había 42,2 grados, temperatura similar a la de El Cerro, 42,5 grados, a las cinco de la tarde. En el Condado, Villarrasa se alcanzaron los 42,8 grados a las cinco de la tarde. En la capital onubense, las cuatro de la tarde fue la hora de mayor calor con 38,7 grados.

La Agencia Estatal activará hoy, entre las 12:00 y las 20:00, el aviso amarillo por calor en las comarcas del Andévalo, Condado y Sierra, con temperaturas máximas de 39 grados, ya que se prevé un ligero descenso de las máximas, pero se incrementarán las mínimas.

Emergencias 112 recomienda hidratarse bien, que se beba agua aunque no se tenga sed y recuerda que los niños, los mayores y enfermos crónicos son las personas más vulnerables a los efectos del calor, por lo que se les debe prestar una atención especial. También aconseja ponerse sombrero y gafas de sol al salir a la calle, además de echarse crema solar.

Una de las opciones más socorridas para aquellos que no puede ir a la playa son las piscinas públicas que, según destacaron desde el Ayuntamiento de La Palma del Condado, presentan estos días una mayor afluencia de público. Usuarios como Maite Díaz afirmaron que se trata de la mejor opción para combinar diversión y escapar de la casa cuando ésta se convierte en un horno.

En el municipio las zonas de sombra se cotizaron desde primeras horas del día y quienes tenían que salir a realizar gestiones o la compra madrugaron para evitar el tener que enfrentarse a las horas centrales del día.

En poblaciones como Rociana del Condado se agradece la ausencia de termómetros que anuncien la temperatura. Como apuntó Isabel Fernández, "ojos que no ven, corazón que no siente". Sin embargo, la ausencia de viandantes desde las primeras horas del día hacían de notario de que la ola de calor comienza a hacer estragos.

Algunas personas mayores que carecen de aire acondicionado en sus hogares se trasladaron a edificios como la Sociedad Cultural Casino, mientras que otras optaron por permanecer en las estancias más frescas de la casa e hidratarse bien.

En las cocinas de las viviendas, los guisos y platos calientes dejaron paso al gazpacho que en estos días se convierte en el rey de la mesa a la hora del almuerzo. En paralelo, los aliños y productos de la huerta toman el protagonismo para, tras un imprescindible paso por la nevera, consumirse bien frío.

En el caso de la comarca serrana ayer se vivió uno de los días más calurosos en lo que va de verano y que recuerdan a algunos vividos en el pasado mes de junio. De hecho la Agencia Estatal de Meteorología activó ayer la alerta amarilla por altas temperaturas en las horas centrales del día en toda la comarca serrana, cuyo viso se repite hoy jueves y mañana viernes. Incluso las previsiones de altas temperaturas continuarán durante todo el fin de semana y comienzos de la siguiente. En Aracena el termómetro marcaba ayer 40 grados a las cinco de la tarde.

Pese a todo, como suele ser habitual, no hubo ninguna actuación especial ni medida concreta de ningún Ayuntamiento serrano más allá de reiterar, especialmente en los perfiles oficiales de redes sociales, los consejos para estas situaciones de ola de calor.

En todos los pueblos el calor hizo que las calles estuvieran más despobladas de lo habitual en las horas centrales del día y habitadas durante la noche. Las personas que no tenían obligación de salir por cuestiones personales o laborales se cobijaron en casa o bien acudieron a las diferentes piscinas, tanto municipales en su gran mayoría como privadas.