sociedad

La capital mira a sus ancestros de la provincia

  • La riqueza de las danzas del Andévalo y la Sierra marcan el Desfile Iberoamericano del OCIb

Es más que probable que la danza fuera la primera manifestación artística en el origen de los tiempos. Cuerpos en movimiento, bailes tribales que han evolucionado y se han desarrollado en todas las latitudes para convertirse en símbolo y forma de expresión de los pueblos. Seguramente no había un medio tan identificativo al que recurrir en la confluencia de culturas planteada ayer en Huelva por el Otoño Cultural Iberoamericano (OCIb). Trajes y bailes de los países latinoamericanos junto a las danzas ancestrales de los pueblos onubenses, tan arraigadas que ahora sirven para conocer a sus gentes y celebrar el 525 Aniversario del Encuentro entre Dos Mundos.

Unas 200 personas participaron en el llamado Desfile Iberoamericano. Grupos de bailes coloristas de México, Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela abrieron la comitiva que completaron grupos llegados de Villablanca, Cabezas Rubias, Cumbres Mayores, Alosno, El Almendro, Villanueva de los Castillejos, Encinasola, Puebla de Guzmán y El Cerro de Andévalo.

Estos nueve pueblos de las comarcas del Andévalo y la Sierra fueron los grandes protagonistas en esta actividad popular, que se llevó la atención de muchísimo público en su recorrido por la Gran Vía, desde la Casa Colón hasta la Plaza de las Monjas. Fue la forma en que la capital miró a la provincia y escudriñó entre sus ancestros realmente para descubrirse a sí misma. Un ejercicio al que invitan a los onubenses a hacer con regularidad desde la organización del evento enmarcado en el OCIb 2017, a cargo de la Fundación Caja Rural del Sur.

Los músicos de la Banda Sinfónica de Nuestra Señora de la Cinta acompañaron los bailes iberoamericanos de quienes residen en la provincia de Huelva sin olvidar sus raíces. Es lo que les ocurre a los llegados del Andévalo y la Sierra, donde se han encargado de mantener, en algunos casos durante más de 300 años, danzas espectaculares, motivo de orgullo local.

Villablanca aportó su conocida Danza de los Palos y Cabezas Rubias, su Danza de las Espadas en honor de San Sebastián. Cumbres Mayores exhibió ayer la Danza del Santísimo, propia de su festividad del Corpus; Alosno, la Danza de las Espadas de San Antonio Abad y la Danza de los Cascabeleros, habitual por San Juan Bautista, que cerró la comitiva. Antes, completaron el paso la Danza del Cirocho, realizada por la Romería de Piedras Albas en El Almendro y Villanueva de los Castillejos; la llamativa Danza del Pandero, de carácter fúnebre, propia de Encinasola; la Danza de las Espadas, con que se celebra a la Virgen de la Peña en Puebla de Guzmán; y las espectaculares Danzas de Espadas y Jamugueras, con sus pasos de folía, poleo y fandango, de El Cerro de Andévalo, por San Benito.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios