Huelva

Nuevo hallazgo histórico en el yacimiento romano de Isla Canela-Punta del Moral

  • Los últimos trabajos arqueológicos, con motivo de la reforma de la carretera de acceso a la aldea, sacan a la luz un monumento funerario, almacenes industriales y una necrópolis de inhumación

Monumento funerario, máximo exponente de la necrópolis de incineración hallada en la primera área delimitada.

Monumento funerario, máximo exponente de la necrópolis de incineración hallada en la primera área delimitada. / m.g.

Las obras de reforma de la H-9021, la carretera de acceso a la aldea de Punta del Moral (iniciadas en septiembre de 2015 y a punto de concluir) vuelven a poner sobre el mapa al yacimiento romano de Isla Canela-Punta del Moral. Esta vez, por el hallazgo de un nuevo monumento funerario -en el sector de la necrópolis situada en el entorno del panteón conocido desde los años 80- y de almacenes industriales del Cerro de las Piedras, todos ellos conservados bajo tierra pero ocultos. Un avance sobre las últimas investigaciones realizadas fue presentado ayer en las XXI Jornadas de Historia de Ayamonte.

Por las actuaciones previas y por la tradición oral era más que probable que las obras de reforma de la carretera, promovida por la Junta de Compensación U.E. 1-A de Isla Canela, conllevasen la aparición de restos arqueológicos sobre el trazado a reformar de la vieja carretera. Así lo explican los arqueólogos Jesús de Haro, Benjamín Cabaco y Elisabet García en un artículo en el que dan buena cuenta de los trabajos llevados a cabo, así como de los descubrimientos.

En un primer momento, esos trabajos arqueológicos aparejados a las obras se centraron en supervisiones de control dirigidas por Elisabet García y coordinadas por Benjamín Cabaco. Sin embargo, la creciente aparición de restos provocó que desde la Delegación Territorial de Cultura de la Junta se dictaminase la necesidad de proceder de forma simultánea a la excavación y documentación de las evidencias que aparecían a través de un nuevo expediente de excavación de urgencia bajo la dirección de Jesús de Haro. Al equipo de arqueología, que en estos momentos afronta la fase de redacción de las memorias científicas para presentarlas ante la Administración autonómica, se incorporaron las arqueólogas Paula García Díaz y Carmen Quintero Cristóbal.

Los trabajos de control y excavación de urgencia se prolongaron desde octubre de 2015 a julio de 2016, y abarcaron una superficie de control de dos kilómetros en paralelo al eje de la actual carretera según las cautelas impuestas por la Consejería de Cultura. Fueron sufragados por la Junta de Compensación U.E. 1-A de Isla Canela como entidad promotora de la obra de la carretera.

Según destacan los expertos, los trabajos se coordinaron en todo momento con los procesos de la obra en ejecución sin que supusieran ningún retraso en la misma, por lo que desmitifican así esa falsa creencia de que los arqueólogos bloquean las obras: "Para bien o para mal, nada más lejos de la realidad. Simplemente debieran realizarse más investigaciones sobre los yacimientos conocidos y por conocer sin que tenga que existir de por medio la amenaza de ejecución de una obra sobre los mismos, sea ésta de la índole que sea", apuntan.

En el documento, los arqueólogos precisan que dentro de la zona cautelada y en función a la aparición de restos se optó por dividir la zona en la que se iba a intervenir en dos sectores: área I y área II. La primera está relacionada con el sector de la necrópolis en el entorno del panteón conocido desde los años 80, mientras que el área II se ubica en el entorno del Cerro de las Piedras, muy próximo al núcleo actual de la Punta del Moral.

En la primera zona destaca sobre todo el hallazgo de "una necrópolis de incineración, inédita hasta la fecha, que por primera vez habla de la existencia de áreas funcionales en el interior de este espacio sacro y cuyo máximo exponente es la aparición de un nuevo monumento funerario". Este hallazgo, a juicio de los expertos, es de "gran importancia histórica" en el contexto del conocimiento del mundo funerario del periodo romano de la provincia. Se trata, según indican, de una construcción de planta circular junto a la actual carretera en su lado norte, elaborada "en fábrica de mampuestos de pizarras de mediano tamaño en su perímetro interior y de mampuestos de pizarra de pequeño tamaño en su núcleo y perímetro exterior asociado a la pared de su fosa de construcción".

Su estructura se compone de dos cuerpos -anillo y cámara-, con "dimensiones de 3,50 x 3,00 metros". En su entorno inmediato hay "un área de cremación para rituales asociados a los enterramientos de incineración, de forma que el conjunto forma un área sacra que se complementa en el entorno con la aparición de muros que delimitarán físicamente este espacio, separándolo de las inhumaciones que se desarrollan al oeste en la misma necrópolis".

Los investigadores han constatado también que en torno a este espacio sacro se disponen diversos depósitos funerarios registrados ahora con los restos de las cremaciones de los difuntos, dispuestos en fosas individualizadas excavadas en las arenas del entorno. Forman plantas elipsoidales o circulares. Son, en sus palabras, "fosas de enterramientos en donde aparecen elementos de ajuares personales en homenaje a los difuntos (monedas, acus crinalis, útiles bronce, elementos de adorno metálicos, copas y jarritos de vidrio o de cerámica, ollitas, lucernas fragmentadas etc…), restos del soporte de los enterramientos (clavos de hierro, clavos de bronce o remaches de bronce), y numerosos restos de los desechos de los banquetes fúnebres asociados al ritual del enterramiento en sí".

En definitiva, esta es una necrópolis con "alta potencialidad de cara a investigaciones futuras" por sus características o su complejidad, y además está bien conservada.

En la segunda área -el Cerro de las Piedras- los arqueólogos destacan evidencias arqueológicas relativas a su amplia secuencia crono-cultural, asociada a diferentes periodos históricos que "abarcan como mínimo desde el periodo romano (siglos I al V d.C) al periodo moderno (XVIII)". En lo que se refiere al periodo romano, subrayan el "hallazgo inédito de construcciones históricas asociadas directamente al asentamiento habitacional del yacimiento de Canela-Punta del Moral". Es el Mundo de los Vivos, el lugar donde desarrollaban sus actividades cotidianas, en este caso económicas, los pobladores del lugar que fueron sepultados en la necrópolis ubicada al oeste.

Se trata del hallazgo de "toda una serie de almacenes industriales, construcciones que representan edificios de planta cuadrangular de en torno a los 20 o 25 metros cuadrados, elaborados en fábricas de pizarras y que presentan un gran estado de conservación, a pesar de no haber conservado a coronación las cubiertas originales".

Pero, sobre todo, destacan en esta zona el hallazgo de una nueva necrópolis de inhumación asociada a la fase de abandono de los almacenes referidos con anterioridad. Se trata de "enterramientos complejos caracterizados por tumbas estructurales revestidas de mortero con estucado exterior sobre cama y cuerpo de pizarras". Según valoran, su detección y características constructivas y espaciales abren "nuevas y múltiples líneas de investigación en base a la diacronía del yacimiento y su paulatina evolución durante el periodo romano".

A la vista de todo esto, los expertos consideran oportuna la revisión de las normativas de protección actuales para el yacimiento de Canela-Punta del Moral. Un hecho que pasaría por su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Zona Arqueológica. Esto, junto a la integración de los nuevos hitos descubiertos, generaría "la protección definitiva del sitio y permitiría las futuras investigaciones que requiere el yacimiento". Igualmente, a juicio de los arqueólogos, permitiría la creación de un itinerario cultural en paralelo a la carretera de acceso desde Torre Canela a Punta del Moral.

Durante el desmonte en Isla Canela de una duna para labores agrícolas apareció un panteón monumental romano datado en el IV d.C. que albergaba el enterramiento de un grupo familiar en su interior. Posteriormente se evidenció la existencia de un asentamiento en torno al siglo I d.C, aunque su mayor esplendor se situó a partir del siglo III d.C.

Restauración y consolidación del panteón monumental. Intervención arqueológica puntual de apoyo en la que se documentaron nueve enterramientos en el entorno y un edificio de grandes dimensiones asociado a otra fase anterior de esta necrópolis. Hoy sólo el panteón está restaurado pero requiere actuaciones de limpieza y adecuación de cartelería.

Con el dragado en el caño de La Moharra para la construcción del nuevo fondeadero de Punta del Moral se evidenció la existencia de un fondeadero de época romana, junto con materiales de edificaciones antiguas, que hoy se encuentran sumergidas. Se confirmó la prolongación del yacimiento hasta un entorno hoy sumergido y en 2011 se aportaron nuevos datos.

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