Cáritas Diocesana de Huelva presentó ayer, con motivo de la celebración del Corpus Christi, la memoria general del año 2017, un documento en el que se detalla el trabajo de esta entidad y que representa una radiografía de la situación de la diócesis onubense durante el pasado año, narrada desde la labor diaria de los 75 equipos de Cáritas parroquial que existen en la provincia de Huelva, además de los servicios diocesanos. Unas cifras y unos datos tras los que se esconden miles de rostros que se han beneficiado de la ayuda y el servicio de esta entidad.

Pilar Vizcaíno, directora de Cáritas Diocesana de Huelva, junto con Santiago Santaolalla, vicario para la Transmisión de la Fe y para la Acción Caritativa y Social, así como Peña Monje, del departamento de Comunicación de la entidad diocesana, comentaron y valoraron parte del contenido de este documento, con algunos datos que reflejan el papel de este organismo.

Según se desprende en la memoria, Cáritas Diocesana de Huelva atendió en 2017 a 18.071 personas en la provincia onubense, una cifra que supone una reducción de 4.420 personas con respecto a 2016, es decir, casi un 25% menos, una situación que se debe al cambio de la forma de trabajar de la entidad, en la que el asistencialismo ha dado paso a un acompañamiento integral de la persona.

Durante el pasado año, además, las personas beneficiadas -aquellas que sin acudir directamente a Cáritas son favorecidas por la ayuda que recibe algún miembro de la familia- fueron 33.970, mientras que las atenciones realizadas se incrementaron hasta un total de 108.166, toda vez que en 2016 fueron 101.215, un aumento debido al trabajo integral realizado con las personas atendidas, además de la cronificación de la pobreza para muchos colectivos, que les hace depender de entidades sociales como Cáritas.

Por otra parte, en el documento se refleja también que Cáritas Diocesana Onubense cuenta con recursos para la Acción Sociocaritativa de la diócesis que suman un total de 2.487.731,67 euros, que proceden de ingresos parroquiales (46,57%), administraciones públicas (33,92%), socios y donantes (7,69%), entidades privadas (6,47%) y cooperación internacional (5,35%). De esta cantidad, casi el 45% va destinado al área de familia, acogida y asistencia, mientras que el resto se dedica a exclusión (21,71%), empleo (12,33%), servicios centrales (9,7%), cooperación internacional (5,35%), formación y animación comunitaria (4,53%) y comunicación (1,51%).

Vizcaíno realizó una amplia valoración del contenido de la memoria, con unas cifras en las que queda reflejada en un buen grado la recuperación de la provincia -en términos económicos y laborales-, ya que "la bonanza económica en Cáritas también se ha notado", según precisó. En su intervención, la directora de Cáritas Diocesana de Huelva destacó el perfil básico de la persona que acude a esta entidad. En concreto, se trata de una mujer española, de edad media y con hijos a su cargo, en muchos casos como familia monoparental. Además, especificó que al año se atienden a 800 personas sin hogar en el centro de puertas abiertas que el organismo tiene en la capital, con "situaciones complejas" y muchos casos de ciudadanos que presentan dificultad para encontrar empleo, además de historias trágicas, con pérdida de familia, según comentó. Así mismo, añadió que el pasado año vivían en las calles onubenses alrededor de 300 personas.

También hizo mención Vizcaíno a un nuevo perfil de pobreza existente en la provincia onubense, que es el de personas de Venezuela, El Salvador o de algunas naciones africanas que llegan "con lo puesto" y que huyen de conflictos bélicos y de crisis humanitarias.

Por otro lado, precisó que "el trabajo de Cáritas Diocesana traspasa fronteras", y puso como ejemplo la colaboración de la entidad onubense en proyectos de cooperación internacional, en concreto uno realizado recientemente en El Chad, uno de los países más pobres del mundo. Además, destacó la apuesta de la entidad social por el trabajo con personas de áreas rurales, así como con las mujeres.

Por su parte, Santaolalla incidió en que "detrás de cada dato y número hay un ser humano que sufre", y manifestó, en este sentido, que "el hombre y la mujer que sufre, para nosotros, tiene un rostro".

Finalmente, Monje agradeció la ayuda de las delegaciones de Cáritas en la provincia, así como la labor de los 744 voluntarios que participaron en las parroquias y en las instalaciones de la calle Doctor Cantero Cuadrado.