Provincia

Los hosteleros usan la nariz

  • La Denominación de Origen Condado de Huelva ofrece una cata a empresarios y trabajadores vinculados con el turismo para difundir los vinos de la comarca · Abren paso a la nueva ruta vinícola onubense

A fuerza de calidad los caldos del Condado van ganando prestigio al mismo tiempo que se convierten en una de las referencias gastronómicas de Huelva, sólo por detrás de los principales baluartes que nos distinguen: el jamón y la gamba. Emergiendo tras estos valores gourmets se sitúan el enorme crisol de caldos que se alumbran en la zona más allá del emblemático blanco afrutado que, en cierto modo, eclipsa a otros productos de enorme prestigio como los generosos, olorosos, vino naranja o el tinto, todos ellos amparados por el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Condado de Huelva y Vinagre del Condado.

Cabe preguntarse, pues, ¿cuál es la razón por la que aún sigue siendo difícil hallar centros hosteleros que dispongan de una generosa carta de vinos del Condado? La Mancomunidad de Desarrollo del Condado considera que la razón cabe hallarla en la falta de conocimiento sobre nuestros caldos por parte de los propios hosteleros y, por extensión, del personal cualificado que ejercen de sumilleres en estos centros del buen yantar.

De esta manera y fiel a la filosofía que inspira la Ruta del Vino, la Mancomunidad celebró hace unas semanas en Bodegas Juncales una cata destinada al personal de los hoteles y restaurantes asociados a este programa, al objeto de mejorar los conocimientos de los caldos autóctonos, sus excelencias y cuales casan mejor con uno u otro plato. No obstante, según Antonio Izquierdo, ponente de la cata y miembro de la junta directiva del Consejo Regulador, es necesario despojar de toda aura elitista el consumo, pues la amalgama de sabores es enormemente amplia como para que cada consumidor disponga de sus propias preferencias.

Izquierdo incidió en la importancia de invitar a los clientes a tomar una copa de vino bajo el compromiso de cambiárselo si no se ajusta a sus gustos. Se trata de un modo de perder el miedo a probar el producto y, de otro lado, que se aficionen a experimentar nuevos sabores.

Recordó que nadie tiene que escandalizarse porque cualquier comensal guste de tomar un buen tinto con casera o que degusten un generoso con una rodaja de limón y un poco de coca cola. Propuestas de nuevo cuño que en ningún caso han de suponer un sacrilegio sino que, meramente, representan una evolución de los sabores que puede contribuir a ampliar el espectro de clientes.

Durante el proceso de cata propiamente dicho, Izquierdo instruyó a los hosteleros para conocer las técnicas necesarias para percibir la calidad de un vino con todos los sentidos. En efecto aprendieron a diferenciar sus matices, la graduación y todos aquellos caldos circunscritos a la DO Condado de Huelva.

El curso contó con la presencia de una veintena de restauradores de diferentes municipios de la comarca. Durante el curso, el representante de la Denominación relató brevemente la fortaleza de un sector y un consejo que aglutina a 18 municipios de la comarca que, a su vez, representan a 2.400 viticultores que poseen 3.500 hectáreas que generan una producción cercana a los 40 millones de litros, de los cuales 10 millones son amparados por el órgano regulador.

En cuanto a las variedades, se mostró un recorrido por las variedades cultivadas en la zona. En blanco la zalema, palomino fino, listán de Huelva, garrido fino, moscatel de Alejandría, Pedro Ximenez, colombar, sauvignon blanc, chardonnay. Mientras que en tintas se cultiva syrah, tempranillo, merlot, cabernet sauvignon, cabernet franc.

Belén Cartes, trabajadora del restaurante Castillo de Santo Domingo en Moguer, valoró las bondades de esta formación al "darme una nueva perspectiva de los vinos del Condado" a la par que un conocimiento más amplio para explicar sus bondades y la excelente amalgama que ofrecen para maridar con comidas y dulces típicos de la zona.

El regente de Bodegas Juncales, Pablo Benjumea, hizo autocrítica a la hora de analizar por qué todavía nuestros caldos siguen en el ostracismo de determinados consumidores, quizás como consecuencia histórica de tanto tiempo actuando como "despensa de Jerez" en la que las grandes bodegas se apropiaron de la fama. Todo ello a pesar de que parte de los olorosos y finos eran elaborados aquí, amén de que la zalema, variedad que sólo se cultiva en el Condado, jugaba un papel primordial a la hora de acelerar la oxidación de sus caldos.

El empresario considera que la tónica está virando con paso lento pero firme, ya que "nuestra DO sigue escalando puestos dentro de las denominaciones más conocidas de España, si bien aún nos queda un largo trecho por recorrer".

En cuanto a las capacidades de canalizar parte del turismo que arriba a nuestras playas hacia la visita de estos templos vitivinícola, el sector considera que puede tratarse de una importante fuente de ingresos, siempre sin obviar que, al final de curso, lo que verdaderamente determinará la cuenta de resultados de la bodega será la calidad de sus productos. Aun así, existe un consenso sobre los beneficios que puede reportar al sector este proyecto liderado por la Mancomunidad, no sólo desde un punto de vista meramente mercantil, si no como un vehículo desde el que dar a conocer los vinos del Condado a 1,8 millones de potenciales clientes, que son el número de turistas que a lo largo de año pernoctan en la provincia de Huelva.

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