Un total de 36 niños de Bielorrusia llegaron ayer a Huelva para disfrutar de las vacaciones de verano con familias onubenses. Los menores fueron recibidos en la capilla de la Hermandad Padre Jesús de Moguer por miembros de esta cofradía de penitencia, del Ayuntamiento moguereño y del Colegio de Arquitectos de Huelva.

Los niños serán acogidos hasta mediados de agosto por familias de Bonares y Moguer, principalmente, pero también de Huelva capital.

Durante su estancia en la provincia onubense los menores realizarán una visita al Paraje Natural Marismas del Odiel, otra a los Lugares Colombinos (Muelle de las Carabelas y Parque Celestino Mutis) y una tercera al parque acuático de Cartaya, visitas que patrocinan, respectivamente, la Junta de Andalucía, la Diputación de Huelva y Giahsa. También serán recibidos en la Gota de Lepe por miembros del Ayuntamiento de la capital y serán sometidos a una revisión bucodental.

Este programa de acogida durante los meses de verano, en el que participan niños afectados por el accidente nuclear que se produjo en la central de Chernobyl en 1986, está organizado por la Asociación de Niños de Acogida.

Veinte años después de la tragedia los efectos contaminantes de la radiación perduran y se están cebando sobre los más indefensos: los niños, que pueden desarrollar diversos tipos de cáncer como la leucemia, el cáncer de tiroides o el de hueso. El principal problema es que los alimentos están altamente contaminados y se genera un ciclo del que es prácticamente imposible escapar.

Según OMS no existe ningún tratamiento contra la radiactividad, la única solución posible para salvar la vida de estos pequeños es alejarlos de la zona contaminada, para que puedan respirar aire limpio y comer productos sanos, por lo que la estancia de estos chavales en Huelva les reportará sin duda muchos beneficios, ya que según los estudios realizados, un mes alejado de las zonas contaminadas, con buena alimentación y buen clima les pueden suponer a cada niño contar con varios años más de perspectiva vital.