El Andévalo está viviendo una particular revolución energética. Comenzó en 2003, cuando la Junta de Andalucía hizo un primer reparto de la capacidad de evacuación eléctrica y autorizó la instalación de 462 megavatios (MW) de potencia de energía eólica. Entonces había un solo parque eólico en funcionamiento en la provincia, el de El Granado (propiedad de Gamesa). A día de hoy, diez de los 15 parques aprobados entonces están en marcha y siete de ellos componen el mayor complejo de su tipo en España y el segundo más grande de Europa.

Iberdrola está culminando la puesta a punto de los últimos molinos de este complejo, que está en funcionamiento casi en su totalidad. Con 127 aerogeneradores y 244 MW de potencia, la producción anual de este conjunto equivaldrá al consumo eléctrico de más de 125.000 hogares o 375.000 personas (3/4 partes de la provincia de Huelva). Esa potencia instalada es la que lo sitúa en el primer puesto del ranking en España, adelantando al parque de Maranchón (Guadalajara) con 212 megavatios. Y podría aumentar en los próximos meses si se confirma la adquisición de otro parque eólico próximo, Los Lirios.

El complejo está formado por parques distribuidos en tres términos municipales: El Almendro, Alosno y Puebla de Guzmán. Majal Alto, El Saucito, El Centenar, La Tallisca, La Retuerta, Las Cabezas y Valdefuentes (también Los Lirios) fueron construidos por Gamesa, fabricante de aerogeneradores y promotor de parques, e incluidos en un paquete de venta a Iberdrola para 600 MW en toda Andalucía. El cambio de propietario se produjo a primeros de año por un importe de 320 millones de euros, en los que se incluyen las infraestructuras necesarias para evacuar la energía generada en las instalaciones.

Los siete grupos de aerogeneradores son considerados un complejo porque se controlan desde una misma sala, en el parque Majal Alto. Hasta allí llega toda la información de fuerza del viento, velocidad de trabajo del aerogenerador, producción eléctrica, etcétera. Un cúmulo de datos que llegan tanto a esta sala como al Centro de Control de Iberdrola Renovables de Toledo, una instalación única en el mundo que permite operar en tiempo real todos los parques eólicos (en España y otros países) de la compañía.

El Andévalo destaca por sus buenas condiciones de viento, comprobadas tras años de mediciones, aunque superadas en Andalucía por dos zonas consideradas excepcionales: el entorno de Medina Sidonia y el de Antequera. Más incluso que Tarifa, marcada por unos vientos excesivamente fuertes que superan en demasiadas ocasiones los 25 metros por segundo, el límite de seguridad a partir del que los aerogeneradores se paran. La instalación de estos parques ha supuesto también una posibilidad de avance industrial que genera 40 empleos en la operación y mantenimiento (y 300 durante su construcción) en una comarca económicamente deprimida.

Con la puesta en marcha de estas instalaciones Huelva suma el 10% del total de potencia instalada en Andalucía. Si se ejecutasen todos los parques previstos ese porcentaje debería elevarse hasta el 12%, siendo la cuarta provincia andaluza en la generación de este tipo de energía y habiendo recibido una fuerte inversión, de más de 600 millones de euros.