La solución a los problemas hídricos que sufre la Sierra periódicamente y la garantía de abastecimiento de sus 29 municipios pasan por el agua del pantano de Aracena. Ese es el primer paso para el desarrollo de una de las grandes infraestructuras pendientes de la provincia, el ansiado Anillo Hídrico, cuyo proyecto ha sufrido cambios de forma que, en lugar de una red circular, se compondrá de tres fases independientes, cuyo pistoletazo de salida sería precisamente la considerada capital serrana, Aracena. Por ello, la Mancomunidad de Servicios de la provincia (MAS) ya ha solicitado a la Junta de Andalucía que se le permita captar el agua del embalse aracenense, que hasta ahora se destina en exclusiva al abastecimiento a Sevilla.

El Anillo Hídrico, con esa u otra denominación, es una aspiración serrana desde hace dos décadas. Los 29 municipios de la Sierra onubense se abastecen fundamentalmente de agua de pozo, con alrededor de cien captaciones y otros tantos depósitos para asegurar el agua a una población de alrededor de 40.000 personas. Pero estas instalaciones (y su gestión en precario) han resultado insuficientes para garantizar un servicio básico a la población en determinados periodos, especialmente en épocas de sequía. De ahí parte un proyecto que ha conocido a varios consejeros y que ahora, con el permiso de los recortes presupuestarios impuestos por la crisis, debería entrar en su fase final, la de ejecución.

O inicial, porque la mayor parte está por hacer. Después de la realización de obras de mejora de las instalaciones existentes y asegurando así el agua a priori durante la mayor parte del tiempo, la Mancomunidad de Servicios (con su empresa Giahsa al frente) ha proyectado una nueva gestión de los recursos hídricos subterráneos que precisa del complemento imprescindible del agua superficial del pantano de Aracena, un embalse de 126,8 hectómetros cúbicos destinado (al igual que Zufre, también en Huelva) a abastecer a Sevilla capital y su área de influencia. Para ello se ha solicitado ya a la Agencia Andaluza del Agua de la Junta, titular de la concesión (el pantano en sí es propiedad del Ayuntamiento de Sevilla), que permita captar el agua del embalse para los municipios serranos.

La Sierra consume en torno a 20.000 metros cúbicos diarios de agua; la capital andaluza y su área metropolitana alrededor de 500.000. Por lo tanto, el uso serrano sería menos de un 5% del total del que hace Sevilla, algo que hace esperar el sí autonómico, que acabaría con lo que es visto por los vecinos serranos como un agravio comparativo, al no poder obtener agua del pantano más fértil de la provincia (está al 99% de su capacidad) cuando sufren desabastecimiento.

Una vez logrado el permiso, se pretende impulsar la ejecución de una primera fase de las obras de lo que antes era un anillo hídrico y ahora varias redes hidráulicas. La encargada de llevar a cabo -y pagar, con la ayuda de fondos europeos- la actuación sería la Junta de Andalucía, aunque ha sido MAS la encargada de redactar un proyecto ya finalizado y puesto sobre la mesa de la administración autonómica.

La propuesta de la Mancomunidad recoge tres zonas o fases de actuación distintas: la Sierra Norte, Sierra Dispersa y la Sierra Central, con un coste total de la actuación (incluidas las obras de emergencia ya ejecutadas) de 127,8 millones de euros.

La primera de las zonas a desarrollar sería la Sierra Central, que suma casi tres cuartas partes de la población de la comarca y se estructura en torno a tres núcleos urbanos: Aracena, Jabugo y Cortegana. Para este espacio se prevé una actuación subdividida a su vez en tres fases, la primera de ellas la construcción de una estación de tratamiento de agua potable y un depósito en Aracena conectados con el pantano (35,9 millones de euros), que permitan garantizar el agua superficial a toda la zona. En siguientes fases se construirían la conexión entre los depósitos de Aracena y Fuenteheridos (24,4 millones de coste) y entre este pueblo y el depósito de Cortegana (29,4 millones). El resultado final sería una red que garantizaría el abastecimiento a los municipios y a la que se incorporaría también el sistema de acuíferos, los pozos que se utilizan actualmente de los que una veintena están en buenas condiciones. Una vez incorporadas el agua subterránea y superficial, se utilizaría en cada momento la que más interese en términos económicos y de calidad.

En una segunda fase estarían los municipios de la Sierra Norte: Encinasola, las tres Cumbres, Hinojales y Cañaveral de León (alrededor de 6.000 habitantes). En este caso, se han ejecutado algunas actuaciones que resuelven por el momento los principales problemas y se plantea la construcción de una red entre Encinasola y Cumbres Mayores, conectada a su vez con el depósito de Fuenteheridos. Esta actuación tendría un coste de 21,8 millones de euros.

En un tercer lugar estaría la denominada Sierra dispersa, una serie de municipios repartidos por la comarca que también acumulan una población aproximada de 6.000 habitantes. En este caso, hay algunos que necesitan actuaciones complementarias, como más pozos, pero en este caso no habría interconexión. Para las obras a ejecutar en esta zona se prevé un presupuesto de 6,4 millones de euros.

Ésta es la actuación que la Mancomunidad de Servicios plantea en un proyecto que tiene que ser financiado y sacado a concurso por la Junta de Andalucía. Y llega en un momento en el que, según reconocía recientemente en una entrevista en este diario el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, la Administración se está "replanteando los proyectos", reajustando prioridades y calendario. En los presupuestos autonómicos de 2010 el Anillo Hídrico de la Sierra contaba con cinco millones de euros para trabajos previos: faltarían 122 para completar la red de abastecimiento ejecutando el proyecto planteado.