En defensa del patrimonio cultural

Salvemos el ábside de la ermita de Santa Magdalena, en Cumbres Mayores

  • La Federación de Asociaciones Culturales se moviliza para evitar retoques urbanísticos en el semiderruido templo cumbreño l Allí pueden estar los restos romanos de Ausera

Los problemas patrimoniales en la provincia de Huelva parece ser que no tienen fin, pues cada día nos encontramos con nuevas agresiones que cercenan los símbolos más queridos y provocan la indignación general. En esta ocasión nos toca hablar de Cumbres Mayores, donde ante la incrédula mirada de sus vecinos se están llevando a cabo obras, poco aconsejables, en los restos de una de las más antiguas ermitas, la de la Magdalena.

Fue ésta una ermita de repoblación, dedicada al culto de Santa María Magdalena, con paralelismos con el románico del ladrillo castellano, de planta semicircular, construida en la Baja Edad Media, algunos incluso se atreven a fecharla entre finales del siglo XIII y principios del siglo XIV. Estas blancas edificaciones salpicaron el paisaje serrano, dando consuelo espiritual y refugio a los vecinos y caminantes, especialmente los pastores que transhumaban con sus ganados desde las zonas norteñas.

Actualmente sólo contamos con una parte de su edificación, pues la desidia y el abandono la redujeron casi a cenizas. Sabemos que en 1759 ya se encontraba semiderruída, utilizándose sus materiales para la restauración de la ermita de la Virgen del Amparo. De la ermita de la Magdalena, de formas arcaizantes, sólo se conserva el ábside, cuyo abovedamiento es románico, aunque lleva nervios góticos de traza antigua que apoyan en basas romanas utilizadas como capiteles. También se puede observar cómo el friso de ladrillo en esquinilla perdura en el coronamiento del muro. Por cierto, que el valor de este elemento es mayor si tenemos en cuenta que sólo contamos en la Sierra con dos edificios de igual diseño y edificación como son San Mamés en Aroche y Santa Brígida en Galaroza.

Hace unos meses los terrenos donde se ubican los restos de la ermita han sido comprados por una serie de personas encabezadas por el actual cura párroco con la intención de construir en su solar un convento de clausura, habiendo comenzado las obras precisamente por el ábside. Según relata el guía Antonio Fernández, se han demolido los bloques que se encontraban en el terreno pertenecientes al edificio para reconstruir las paredes del cercado y allanar el terreno. Se ha intervenido el monumento con cemento y ladrillos, sin tener en cuenta qué materiales habían sido utilizados originariamente. A ello debemos de añadir haber aplicado una capa de cemento en el suelo del ábside y el muro de ladrillo para que sirva de soporte a un cuadro de azulejos con la efigie del Convento que se quiere fundar.

Pero este terreno en cuestión tiene un valor añadido, pues según diversos autores en él estuvo ubicada la población romana de Ausera, antecedente de lo que después será el núcleo urbano de Cumbres Mayores, por lo que sus restos arqueológicos pueden hablarnos de esa parte tan desconocida de la historia. El Licenciado Fernando de Medina, Comisario del Santo Oficio y vicario de la Villa ya nos exponía su importancia en el siglo XVII: "Dicen que fue lugar en tiempos de romanos llamado Ausera i que estuvo desviado del lugar que oi tiene distante dos tiros de mosquete hacia el poniente. Fue mui grande i tuvo cuatro parroquias. Quemáronle los portugueses en tiempos de las guerras deste reino con Castilla, y viéndose destituidos de la fortaleza se subieron a lo alto de un cerro, i hicieron la fortaleza que es mui hermosa toda de piedra, mui espaciosa y bien tratada con ocho torres, dende habitaron por algún espacio de tiempo; i no caviendo en la fortaleza poblaron hacia la parte del oriente, en una ombría donde no se podían conservar; i así mudaron la población al medio día donde hoy se conserva y por ser parte alta la llamaron Cumbres Altas o Cumbres Mayores".

La historiadora Magdalena Valor también hace referencia al hecho, argumentándonos que el emplazamiento de este primer asentamiento de Cumbres Mayores se detecta todavía hoy a unos dos kilómetros al noroeste del castillo, en el lugar donde está la ermita de la patrona, prevaleciendo en todo el entorno abundantes restos de cerámicas en superficie, además del ábside de otra iglesia, Santa María Magdalena.

El patrimonio de Cumbres Mayores y el serrano por extensión no se pueden permitir más pérdidas, sobre todo cuando aún se recuerda la desaparición del antiguo convento de las Clarisas, reducido hoy a una simple portada. Desde aquí hacemos un llamamiento a las instituciones competentes para que tomen cartas en el asunto y conserven el ábside de la ermita de la Magdalena y permitan que excavaciones arqueológicas futuras le cuenten a los niños los orígenes de Cumbres Mayores.

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