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Los criadores del podenco defienden la base científica de su mutilación

  • Convocan una manifestación el día 6 en Niebla para pedir el apoyo de las administraciones

La Asociación de Criadores de Podenco Paternino (ACPP) justificó científicamente las amputaciones del podenco paternino como medio de prevención de enfermedades para pedir el reconocimiento "que se merece" la raza autóctona y que cese "el acoso a los criadores y rehaleros que han sido su cuna".

La reclamación de la asociación se produce tras la operación de investigación abierta por la Guardia Civil, denominada Eras (Orejas), en la que hasta el momento han sido detenidas 32 personas (seis veterinarios y el resto cazadores), a quienes la Fiscalía de medio Ambiente imputa un delito de maltrato animal por ordenar o practicar amputaciones de orejas y rabo a perros.

La operación, que se desarrolla de manera coordinada en la Sierra, el Condado y Huelva capital, puso la lupa en los criadores sin tener en consideración que la operación quirúrgica que practican al animal tiene como fin, según la asociación, "evitar enfermedades para que durante las monterías no se enganchen las orejas con las jaras y zarzas del bosque".

La Asociación de Criadores de Podenco Paternino (ACPP) ha convocado el domingo 6 de marzo una manifestación en la que reclamará el apoyo de las autoridades públicas competentes a esta raza autóctona.

El municipio de Niebla acogerá este acto que cuenta con el respaldo de las asociaciones naciones como Española de Rehalas, Empresarial de Titulares y Propietarios de Cotos de Caza (Ateca), Rehalas de Córdoba, y de Productores de Caza. Junto a ellas la Federación Andaluza de Caza (FAC), y la Oficina Nacional del ramo (ONC), y los Ayuntamientos de Escacena del Campo, Manzanilla, Niebla, Paterna del Campo, San Bartolomé de la Torre, Villalba del Alcor, Berrocal, Chucena y El Cerro del Andévalo.

El colectivo indica que "la Junta de Andalucía tiene la obligación de fomentar las razas autóctonas y, sin embargo, no tenemos ninguna noticia de su interés en el podenco paternino". Frente a lo que denominan una situación de "abandono", se añade "una campaña en contra de los criadores de esta raza, a quienes se les acusa de maltrato animal sin ningún fundamento legal, lo que está provocando la paralización de la cría de nuevos ejemplares que aseguren el futuro" y la pervivencia de la raza.

El presidente de la Asociación de Rehalas de España, Alfonso Aguado, explicó a Huelva Información que son los primeros interesados en cumplir de manera escrupulosa con la ley, puesto que el permiso de armas que poseen los cazadores va vinculado a poder acreditar que son ciudadanos ejemplares. Sin embargo, lamenta profundamente que se vincule al maltrato una práctica beneficiosa para el perro que tiene "un respaldo científico y que se lleva a cabo de manera inmemorial". La asociación explica que cuando se inició el trabajo de investigación preceptivo para el reconocimiento de la Comisión de Razas del Ministerio de Agricultura se presentaron un sinfín de reportajes gráficos y, en todos ellos, " el podenco mostraba ese recorte característico en las orejas".

Aguado denuncia que se ha puesto en el punto de mira a los cazadores que miman los perros, al formar parte de su pasión y ser un elemento indispensable de la caza mayor. Varios cazadores reconocen la mala imagen que tiene la caza deportiva, por lo que coincidieron en la necesidad de realizar pedagogía para poner en valor los beneficios ecológicos que entraña la práctica cinegética para contribuir a la gestión y equilibrio del hábitat de nuestra fauna y su biodiversidad. En este sentido, apuntan que hay que discernir entre el furtivismo y quienes desarrollan una actividad ancestral que se ejecuta con unos parámetros legislativos que garantizan la actividad el mantenimiento de las especies.

Sin embargo, ven como se quiere "denostar la caza con temas como las orejas de los perros" vinculándolos a un maltrato por cuestiones de estética, cuando la elección de un perro se basa siempre en criterios de "capacidad y dotación para la caza".

El organismo del Ministerio de Agricultura reconoció al podenco paternino el 20 de junio de 2013 como perro de caza tanto menor como mayor. En esta última se utiliza en jauría (rehala) en las modalidades de montería, batida, gancho y en mano, mientras que en caza menor se utiliza para el conejo y la liebre. Los cazadores lo aprecian especialmente porque se adapta fácilmente al esquema del grupo sin mostrar preponderancia por jerarquía social. Entre tanto, muestran una excelente capacidad de orientación en la búsqueda y siguen con gran éxito el rastro de la pieza.

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