Las reservas mineras de Lomero Poyatos vuelven a tener dueño. Tras el fiasco de Petaquilla Minerals, la Junta pisó el acelerador en su apuesta por poner este yacimiento que se encuentra entre el Cerro de Andévalo y Cortegana a disposición de otras empresas. Sólo una mostró interés y ya le ha otorgado los derechos mineros nueve meses después de revocárselos a la minera panameño-canadiense.

Se trata, tal y como avanzó Huelva Información hace doce días, de la australiana Kimberley Diamonds. El director de Minerales de la compañía, Rod Sainty, anunció ayer el inicio de la exploración, al contar ya con el permiso de investigación. Esta fase podrá prolongarse hasta dos años y, en ella, la empresa prevé invertir 5,5 millones de euros (cinco en sondeos y medio en los estudios) y 600.000 más para fines sociales y medioambientales, así como contratar a 18 personas preferentemente de la zona (cinco para supervisión y dirección, tres geólogos y diez ayudantes).

No obstante, Sainty apuntó dos escollos que hacen que, a día de hoy, la minera se centre en ofrecer previsiones a corto plazo, de forma que si la fase inicial no ofrece resultados satisfactorios, el proyecto no seguirá adelante.

La primera de estas dificultades es la falta de datos, ya que Petaquilla Minerals no ofreció a la Administración autonómica información alguna sobre las reservas, según indicó Sainty y corroboró el consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Sánchez Maldonado. No obstante, la compañía estima los recursos de Lomero Poyatos en 880.000 onzas de oro (cualquier proyecto que se acerque al millón resulta atractivo para todo tipo de inversores).

La segunda es que el oro, a pesar de tener una ley alta, no está libre en el terreno, sino dentro de las piritas. Según explicó el representante de Kimberley Diamonds, antiguamente se extraía el preciado metal tostando las piritas pero en la actualidad se llevan a cabo métodos más modernos, como la oxidación biológica. Esto encarecería en más de 50 millones de dólares el proyecto, por lo que la compañía lanzó un aviso a navegantes: las reservas tienen que verse incrementadas al máximo posible para que el proyecto sea rentable.

Para ello, se explorará toda la zona del yacimiento y los espacios adyacentes: 6.059 hectáreas que también se distribuyen sobre Almonaster y Cabezas Rubias. Usarán "cabezas de diamante", método que proporciona un testigo sólido en las catas. "Hay que hacer sondeos continuos, esa es la única forma de obtener información. Empezaremos de cero, recogeremos datos durante el primer año y cuanto más testigos tengamos más opciones habrá de hacer análisis. Tienen que ser testigos continuos, y no trozos, para saber exactamente cómo dibujar el subsuelo", apuntó Sainty.

Según valoró, si Kimberley finalmente apuesta por explotar los recursos polimetálicos de Lomero Poyatos tendrá que invertir alrededor de 150 millones de dólares: 100 millones para el molino y la planta de tratamiento más los 50 para la técnica de oxidación. La empresa se establecería entonces en El Cerro o San Telmo y apostaría por el empleo local, según aseguró.

El consejero manifestó que Lomero Poyatos posee un valor simbólico para la minería metálica de la comarca y también reservas constatadas de mineral. Además, apuntó que con la adjudicación llevada a cabo "se resuelve una convocatoria que la Junta se vio obligada a repetir por la paralización de la anterior adjudicación, debido a los incumplimientos de la empresa, y que había frenado un proyecto que generaba gran ilusión en toda una comarca".

El responsable mostró su satisfacción por el hecho de que una nueva empresa del sector de la minería haya pasado a formar parte de la lista de compañías que operan en España y, en concreto, en la Faja Pirítica Ibérica, y recordó el interés que el capital extranjero muestra por la riqueza mineral de Andalucía, "invirtiendo constantemente en investigación y, por tanto, avanzando en el cumplimiento del objetivo Gobierno andaluz de impulsar el sector de la minería".

Junto a Maldonado y Sainty comparecieron el alcalde de El Cerro, Pedro José Romero, y el abogado de la compañía, Eduardo Olarte; aunque también asistieron al acto la directora general de Industria, Energía y Minas, María José Asensio; el delegado de la Junta en Huelva, José Fiscal; o el delegado de Economía, Eduardo Muñoz.