La luz, el alquiler o la hipoteca, la alimentación y el agua, entre otras. Los onubenses tienen que hacer frente cada mes a numerosas facturas y gastos domésticos.

El recibo del agua no es uno de los más caros. Según datos de la Unión de Consumidores de Andalucía, el coste aproximado de un día de agua en una familia media se equipara al precio de un café o de una caña, dos días cuesta lo mismo que un desayuno y seis lo mismo que una entrada de cine. A pesar de esto, los casos de fraude en el suministro del agua por parte de los usuarios no cesan en la provincia.

"A raíz de la irrupción de la crisis económica, en nuestro país se ha detectado un incremento considerable de los casos de fraude en el suministro del agua" afirma Giahsa, empresa que gestiona el saneamiento y abastecimiento de agua y la recogida de residuos sólidos en la provincia de Huelva. La empresa añade que "solamente durante el mes de agosto se han iniciado más de 600 expedientes de fraude. En estos momentos podemos hablar de una media aproximada de 10 fraudes detectados al día". La gestión del fraude es un aspecto relativamente nuevo en Giahsa que se ha empezado a abordar en profundidad, y sobre todo a actuar con contundencia, durante este mismo año. De tal forma, en lo que llevamos de 2014 se han abierto un total de 2.328 expedientes de fraude.

La empresa establece una aproximación de los porcentajes de las zonas donde más fraudes se producen en la provincia de Huelva, estando la Costa en primer lugar con un 51,6%, seguida de El Condado con 19,7%, la Sierra con 14,7%, el Andévalo con 10,2% y por último la Cuencia Minera con 3,7%.

Las técnicas de fraude más habituales que se vienen observando según Giahsa se refieren a la manipulación por parte del usuario de la instalación (contador y/o llave de entrada), retirando el precinto de seguridad de la misma e instalando un tubo alternativo de material diverso, conocido comúnmente como latiguillo, para consumar la manipulación.

En cuanto al perfil más o menos definido del supuesto defraudador se produce una gran diversidad de casos, por lo que resulta complicado aventurarse a ofrecerlo con una mínima dosis de criterio. Desde el usuario que defrauda por necesidad al que recurre a todo tipo de argucias por conocer las técnicas, las situaciones son muy variadas. En cualquier caso, conviene advertir que los fraudes detectados pueden derivar en las correspondientes liquidaciones económicas, cuyo importe ronda cifras que oscilan entre los 2.000 y los 3.000 euros.

El procedimiento que sigue Giahsa de suministros para la prevención el fraude arranca a partir del trabajo de los lectores de contadores, que sobre el terreno detectan los posibles fraudes. Posteriormente será el inspector el que verifique y proceda a la suspensión del suministro llegado el caso. Por último, se abrirá el correspondiente expediente.

En Giahsa, la campaña de detección del fraude se inició en 2013 y se ha intensificado de manera especial durante el pasado verano. Con este procedimiento de detección se mide la eficiencia del servicio en general, por lo que se contabiliza más agua por uso. El objetivo pasa en Giahsa "por reducir al máximo las cantidades defraudadas a partir del fraude", concluye un informe realizado por la empresa.