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Una empresa australiana es la única que opta a explotar Lomero Poyatos

  • La Junta insta a Kimberley Diamond a cumplimentar diversa documentación sobre su proyecto Petaquilla Minerals perdió los derechos a finales de 2013 y en junio se convocó un nuevo concurso

Una única empresa -la australiana Kimberley Diamond Company- se ha presentado al concurso minero para hacerse con los derechos de Lomero Poyatos, una antigua mina situada entre El Cerro de Andévalo y Cortegana cuya actividad cesó por la caída de precios que se produjo en la recta final del pasado siglo y no por el agotamiento de la masa de mineral.

La Delegación de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo confirmaron ayer a este periódico que se le ha requerido a la citada empresa que cumplimente diversa documentación y, una vez que la Administración autonómica la estudie, dará a conocer si Kimberly Diamond resulta adjudicataria.

De no ser así, la delegación territorial declarará desierto el concurso y el terreno quedará franco y registrable. Así lo hará constar en el BOJA y, ocho días después, tal y como estipula la Ley de Minas (normativa estatal de 1973) podrá ser solicitado.

Llamado a convertirse en un motor socioeconómico y minero de su comarca, el 9 de noviembre de 2012, la Junta comunicó la autorización a la compañía panameña-canadiense Petaquilla Minerals (Corporación de Recursos Iberia) de la explotación de las concesiones que forman el antiguo complejo minero Lomero y Otras.

De esta manera se daba un impulso a la reapertura del complejo Lomero-Poyatos, cuya puesta en explotación preveía la creación de casi 400 puestos de trabajo -unos 140 directos y en torno a 250 indirectos-, así como una inversión cercana a los 100 millones de euros. De acuerdo con la normativa minera, los trabajos en el terreno tendentes a preparar la posterior explotación debían comenzar en el plazo máximo de seis meses tras la concesión de los derechos.

Pero a finales de 2013, la Dirección General de Industria, Energía y Minas publicó una resolución revocando la transmisión de derechos mineros ante el "incumplimiento reiterado de los requisitos exigidos a la empresa" con la concesión otorgada.

Según explicó la Junta en su momento, la empresa pidió suspender los trabajos alegando falta de solvencia económica, si bien la Consejería de Economía denegó dicha solicitud al entender que en este caso no concurren circunstancias excepcionales.

A ojos de la Administración autonómica, la empresa no cumplió las condiciones que se exigían correspondientes a la Autorización Ambiental Unificada, otorgada en octubre de 2012: no presentó un proyecto completo de reinicio de labores, un plan de restauración asociado al mismo, información adicional solicitada por el Instituto Geológico-Minero de España, sólo realizó diez de los 170 sondeos propuestos, no construyó los depósitos de decantación y control previstos, no depositó los avales de restauración requeridos y los 10.000 euros que la empresa planteó aportar como aval social resultaron "claramente insuficientes".

Según detalló el delegado de Economía, Eduardo Muñoz, en los últimos meses no se realizaron trabajos de investigación, construcción u obra civil, algo que constataron los técnicos de la consejería cuando realizaron una visita en septiembre. Así, los trabajos de construcción de la rampa de acceso al yacimiento que comenzaron en mayo se limitaron a "un principio de movimiento de tierras para formar un carril, tareas cuya ejecución se estima en un máximo de diez días de trabajo efectivo, por lo que en el resto del tiempo no ha habido avance alguno".

Petaquilla Minerals mantuvo su interés en Lomero-Poyatos, presentó un recurso de alzada ante la Junta que fue desestimado y el pasado mes de mayo alcanzó un acuerdo con Minera Panamá (MPSA), filial de First Quantum Minerals, por el que la primera recibiría 60 millones de dólares (43 millones de euros) a cambio de transferir una serie de bienes y derechos de propiedad en Panamá.

El hecho de contar con liquidez tras cerrar el acuerdo con la canadiense First Quantum Minerals pudo afectar de manera positiva al proyecto onubense, si bien buena parte de los 60 millones de dólares se destinarían a saldar deudas.

La Junta, en cualquier caso, dejó clara desde el principio su intención de hallar nuevas empresas interesadas en la explotación de esta antigua mina y, una vez abierto el concurso minero (el tercero en la actual legislatura), Kimberly Diamond es la única que ha pujado por hacerse con los derechos de Lomero Poyatos.

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