Provincia

Las secuelas del incendio más devastador de Huelva, diez años después

  • Arrasó más de 35.000 hectáreas en seis localidades onubenses y cinco de Sevilla Los afectados sufren aún las consecuencias y denuncian incumplimientos

Hoy 27 de julio se cumplen diez años del mayor incendio forestal que ha asolado la provincia de Huelva en los últimos años y que arrasó más de 35.000 hectáreas en seis localidades onubenses (Berrocal, Minas de Riotinto, Zalamea la Real, Nerva, Paterna del Campo y Escacena del Campo) y otras cinco de la provincia de Sevilla (Aznácollar, Castillo de las Guardas, El Garrobo, Gerena y El Madroño), unos hechos por los que hoy día organizaciones ecologistas piden "promesas, compromisos y acuerdos incumplidos". Desde entonces, el Gobierno andaluz ha invertido en la regeneración de la zona unos 70 millones de euros.

Según la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Josefa González Bayo, "lo más importante quizá ha sido la creación de cortafuegos para evitar incendios en la zona", subrayó la delegada, señalando además la repoblación y la reconstrucción de la zona de muros para ganaderos.

El único acusado de haber provocado este incendio, que causó la muerte del matrimonio formado por F.C.F y L.C.P, que circulaban en ese momento por una carretera cercana, fue declarado inocente ante la falta de pruebas. Durante el juicio, el letrado defensor del acusado, Francisco Lagares, ya solicitó una sentencia absolutoria para su cliente, ya que consideró que cuando se produjo el fuego "hubo prisas" para encontrar a un culpable, indicando además que de todos los testigos "nadie manifestó haberlo visto en los focos del incendio y dicen de forma espontánea que éste no tuvo nada que ver". Las pruebas testificales confirmaron que su cliente "no sólo no fue autor de los hechos sino que no pudo serlo porque estaba en casa cuando se produjeron los distintos focos del incendio".

Las consecuencias ecológicas fueron "incalculables", ya que se perdieron los hábitat de muchas especies autóctonas, tales como el pino mediterráneo, la encina y el alcornoque. Igualmente, resultaron afectadas diversas especies animales como el jabalí, el ciervo y el zorro, ascendiendo los gastos de extinción a 1,9 millones de euros. Los tres primeros focos del incendio pudieron ser controlados rápidamente, excepto el cuarto, provocado en el pinar del camino posterior de la barriada Los Cantos, que se extendió, resultando afectados los citados términos municipales onubenses y sevillanos.

El portavoz de la plataforma Fuegos nunca más, Juan Romero, recordó con "tristeza" el que catalogó como el "más catastrófico" suceso en la provincia, tras arrasar un total de 35.000 hectáreas de paisaje, vegetación natural y cultivos forestales; acabar con la vida de dos personas que quedaron atrapadas en su vehículo por el fuego; un herido, varias viviendas y explotaciones agroganaderas calcinadas, y más de 1.000 personas evacuadas precipitadamente a lugares más seguros.

Romero lamentó que este capítulo haya quedado "totalmente en el olvido sin que haya pasado nada". Y es que, como advirtió, las administraciones autonómicas y europeas se gastaron en torno a 70 millones de euros, si bien "los afectados -los pequeños propietarios- lo perdieron todo", la mayoría de ellos pertenecientes a la zona de Berrocal y El Madroño, donde "perdieron su medio de vida, que se basaba en el aprovechamiento del corcho".

Romero reclamó que "no se olvide" este incendio, ya que se trata de un asunto en el que "vamos a pasar página diez años después sin realmente conocer quién quemó el monte ni las causas y sin poder hacer justicia por las 35.000 hectáreas y las personas muertas". Indicó que se realizaron unos 350 convenios con la Junta de Andalucía para llevar a cabo la restauración de la zona en un plazo de en torno a unos 15 años. No obstante, "el primer incumplimiento llegó a los cuatros años, cuando empezaron a no dar continuidad ni seguimiento al compromiso de cortar árboles quemados, crear barreras y sembrar árboles nuevos".

Romero alertó de que en la actualidad la cooperativa del corcho en Berrocal sufre una "gran crisis, con un elevado número de personas en paro", a lo que se suma que "no cuentan con materia prima, el alcornoque. Uno de los compromisos consistía en llevar el corcho de los montes públicos de Andalucía a esta cooperativa, algo que "duró dos años y lo abandonaron".

Además, se construyeron infraestructuras para diversificar la economía de la zona con usos turísticos y la instalación de una residencia para la tercera edad, y "diez años después los edificios aún no se han abierto y están sin uso y deteriorándose", censuró.

Desde la plataforma subrayan que "no hemos aprendido nada en Huelva", puesto que "seguimos en la comarca de Riotinto siendo, en materia de incendios forestales, el número uno".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios