Provincia

El arándano se abre paso en la Sierra

Aroche (3.233 habitantes en 2013) es el municipio de la Sierra de Huelva con la tasa de paro más baja, algo menos de un 20% según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que contabilizó el pasado mes de abril 254 desempleados en un municipio con una población activa de 1.387 personas.

Un hecho que según su propio alcalde, el socialista José Antonio Muñiz, se debe a que el municipio cuenta con una importante masa jornalera que se desplaza de un lugar a otro concatenando las distintas campañas agrícolas que se suceden durante el año en distintos puntos de la provincia. Así, sus jornaleros inician el año laboral en otoño, con la recolección de la castaña en el norte de la provincia, para posteriormente ir bajando a las comarcas del sur en busca de las campañas de recolección de cítricos y frutos rojos, que suelen finalizar entre finales de mayo y principios de junio.

No obstante este hecho no ha sido óbice para que, alentados por la crisis, los arochenos hayan empezado hace varios años a tirar de imaginación al objeto de abrir nuevos horizontes y perspectivas empresariales y laborales, sobre todo centradas en la agricultura. Sin duda, en ello ha tenido mucho que ver el especial microclima para el desarrollo de determinados cultivos del que parece gozar el valle del Chanza, en cuyo centro se enclava el municipio serrano. Pero el detonante, según coinciden en subrayar todos en el pueblo, estuvo en la llegada hace tres años de un grupo empresarial con sede en la costa onubense, especializado en el cultivo y comercialización de arándanos. Dicha empresa agrícola plantó inicialmente con carácter experimental en una finca propiedad del Ayuntamiento 25 hectáreas de este fruto rojo, cantidad que va a doblar de forma inminente con la puesta en marcha de otras 25.

A nadie en el municipio se le han escapado desde entonces las posibilidades que esta nueva actividad puede tener de cara al futuro desarrollo y diversificación económica de la zona, sobre todo a los pequeños propietarios de terrenos, que comenzaron a interesarse por el asunto, recurriendo incluso a especialistas que les asesorasen en las posibilidades de este nuevo cultivo.

Es el caso de Manuel Macías (48 años), que junto con un cuñado decidió en 2012 plantar arándanos en un pequeño terreno de una hectárea propiedad de su familia. La pasada campaña ya recolectaron los primeros frutos (aunque de forma prácticamente testimonial ya que el arbusto que produce el arándano no está a pleno rendimiento hasta cinco años después de ser plantado), y este mes de junio está obteniendo unos resultados que, aunque asegura no poder precisar aún en términos cuantitativos, sí afirma que "según los técnicos la plantación va muy bien".

Macías fue el primero, ya que otros 4 pequeños propietarios han seguidos sus pasos. "Por ahora somos cinco pequeños productores -asegura- pero hay bastantes más que están estudiando sumarse". Según detalla, se trata en todos los casos de pequeños agricultores con superficies plantadas que oscilan entre media y una hectárea, por lo que a día de hoy ya están en explotación entre 4 y 5 hectáreas con estas características en el término municipal.

El Ayuntamiento también ha tomado buena nota de este nuevo horizonte y el propio alcalde reconoce estar "totalmente volcado con cualquier iniciativa de este tipo que pueda surgir, sobre todo abriendo puertas a los emprendedores y apoyándolos en su iniciativa".

No obstante, tanto él como los pequeños productores coinciden en pedir "mucha cautela" ya que según Muñiz "esto es por ahora sólo un proyecto, que aunque poco a poco se está haciendo realidad, aún está en fase embrionaria". Pese a ello, asegura que como regidor no puede ocultar la "enorme ilusión" depositada en una iniciativa "muy bonita y que podría dar buenos frutos de aquí a unos años, cuando se consolide y demuestre su viabilidad".

Según el alcalde, es muy difícil ocultar que "hay muchas expectativas y esperanzas" depositadas en esto, no sólo entre los pequeños propietarios y emprendedores locales, sino "especialmente entre la importante masa jornalera del municipio". Según detalla se trata de un colectivo "muy activo y dinámico que se desplaza tras el trabajo para concatenar campañas agrícolas y para el que sería muy positivo poder cerrar el año en su propio pueblo".

Y es que por las características de la zona y del cultivo, la recolección del arándano en el municipio arocheno se concentra en condiciones normales en el mes de junio, justo después de las grandes campañas agrícolas del sur de la provincia, lo cual permitiría a los jornaleros locales alargar su trabajo un mes más.

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