Provincia

La Noche de Rehiletes reúne ante el fuego a centenares de cebolleros y turistas

  • Los más pequeños disfrutaron agitando las tradicionales varetas de castaño prendidas en las fogatas de las barriadas

La Noche de Rehiletes en Aracena es especial por su humildad y su sencillez, una ceremonia ancestral emotiva y multitudinaria en la que niños y mayores se dan cita. Otra de sus características es que se realiza con un incansable trabajo humano de los organizadores y con escasos recursos económicos, circunstancias ambas que no rebajan un ápice el interés que despierta en el público: cada años más personas se reúnen en torno a las candelas y alargan las horas de celebración.

Los visitantes se quedan sorprendidos con lo que ven: barrios donde se enciende una fogata de grandes dimensiones, imponente. De estas candelas prenden pequeños y mayores las varetas gigantes repletas de hojas de castaños. Al agitarlas y girarlas en círculos, las figuras de fuego comienzan a dibujarse en el aire, un espectáculo inigualable. Los conocidos como rehiletes, cuya fiesta, pese al paso de los años, mantiene su esencia (con un trasfondo religioso que jamás debe olvidarse), también implican la suma de nuevas costumbres incorporadas en el presente.

La noche del pasado sábado al domingo fue larga, en parte porque suele serlo y en particular porque hacía un temperatura agradable para lo que son las noches serranas en diciembre. Eso provocó que familias al completo salieran a la calle y aguantaran más de lo habitual.

Candelas que comenzaban a las ocho de la tarde y duraban, algunas, hasta pasadas las cuatro de la madrugada. Las más visitadas fueron las clásicas: la de Plaza Alta, amplia y con un conjunto arquitectónico alrededor incomparable; la de Santo Domingo, que sigue reinando porque coincide con la celebración del Tostón Solidario (este año a beneficio de los afectados en Filipinas) y alcanza una tonalidad de amarillo grisáceo y oscuridad en la luz que evoca estampas del siglo XX ; o la de la plaza de toros, calle Alegre, que es especial y elegante por si sola.

Además, otros barrios de la periferia e incluso del centro se suman a la fiesta y hacen su particular candela. Los aracenenses recorren varias de ellas, compartiendo una noche de convivencia vecinal inolvidable.

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