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Turismo rural: alternativa al sol y playa

El turismo rural se posiciona como una alternativa firme a las tradicionales estancias estivales en la Costa.

Según la Asociación de Empresas Turísticas de la Sierra (AETS), este tipo de turismo registra una subida importante con la llegada del mes de agosto, alcanzado cotas cercanas al 60%. Aunque los establecimientos que disponen de piscina pueden llegar al 80%.

Entre la amplia oferta disponible en cuanto a tipo de establecimientos se refiere, pueden encontrarse hoteles rurales, hoteles ciudad, apartamentos turísticos y casas rurales de distintas categorías. Todo ello se traduce en unas 2.000 plazas hoteleras, las cuales se encuentran principalmente en el Parque Natural de Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

El perfil del turista rural es el de amante de la naturaleza que suele realizar escapadas de fin de semana con su pareja; aunque también es cierto que suele acudir en familia o en grupo.

Este turista suele demandar información sobre lugares de interés, actividades de turismo activo, fiestas de la zona, senderos, así como lugares en los que comer, lo que convierte a la gastronomía de la Sierra en uno de sus atractivos junto con el entorno natural.

Como productos estrellas de la gastronomía de la zona se encuentra el jamón de bellota y las carnes ibéricas, verdaderas delicatessen para los visitantes. Sin embargo, la huerta serrana también tiene mucho peso en la mesa, aunque no puede olvidarse las distintas variedades de setas, un producto muy codiciado y que los visitantes se afanan en encontrar recorriendo los senderos en otras épocas del año.

La AETS, que está compuesta básicamente por alojamientos, restaurantes y empresas de turismo activo, trabaja para ofrecer al visitante paquetes turísticos que pongan en valor el patrimonio histórico-artístico que posee la Sierra. Esa intención surge al percatarse de que el viajero elige este destino para estar en contacto con la naturaleza y al mismo tiempo hallar lugares de interés, como es el caso de la Gruta de las Maravillas, el Castillo de Cortegana, la Peña de Arias Montano, la Mezquita de Almonaster, Turóbriga (yacimiento romano de Aroche), entre otros muchos enclaves serranos. La gran variedad de paisajes con los que cuenta la Sierra de Huelva es otro de los motivos de que hasta esta zona de la provincia se trasladen amantes del deporte en contacto de la naturaleza para realizar senderismo, paseos a caballo, rápel, tirolinas, tiro con arco o barranquismo.

La procedencia de los turistas es muy diversa, aunque todos tienen en común su fidelidad, lo que hace que repitan. Hasta la Sierra se desplazan onubenses, gaditanos, sevillanos, madrileños, catalanes y vascos. El visitante extranjero es apenas apreciable, aunque suelen registrarse estancias de ingleses, alemanes franceses y holandeses.

En cuanto a los precios, es difícil concretar una media debido a que al contrario que en la Costa la oferta de plazas para pernoctaciones es más reducida y responde a criterios de sostenibilidad.

La ocupación en la Sierra durante el resto del año se centra principalmente en los fines de semana, aunque existen momentos del año, como el otoño y la Navidad en los que sube el número de huéspedes. No obstante, coincidiendo con puentes, así como fechas señaladas en municipios de la zona, suelen producirse subidas.

Desde la AETS aseguraron que de enero a junio se registra un índice de ocupación muy bajo entre semana. Algo que les ha llevado a trabajar en busca de una solución a la estacionalidad, cuya respuesta podría estar en el turista extranjero.

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