Provincia

Cadena humana para reclamar información sobre los lodos

  • Veraneantes piden que el Ayuntamiento de Lepe certifique que es "sólo un proceso natural"

Los veraneantes de La Antilla no las tienen todas consigo y no se terminan de creer que los lodos viscosos y arcillosos que desde hace unos 15 días han aflorado a lo largo de unos 300 metros de orilla en dicha playa lepera sean fruto de un "proceso natural, que igual que viene se va", y que no implican ningún tipo de toxicidad, como afirmó la pasada semana la teniente de alcalde responsable del Área de Turismo, Bella Verano Domínguez. "No nos creemos lo que se está diciendo por ahí de que esto es natural hasta que no me lo demuestren con documentos," afirmó ayer una de las bañistas.

Por tanto, aseguran no conformarse con dichas explicaciones y quieren que se descarte de forma oficial y mediante la realización de un análisis cualquier peligrosidad que pueda acarrear el baño en dicha playa y, sobre todo, que se les informe sobre el fenómeno. Así, y ante lo que consideran "silencio" de las administraciones y de forma casi espontánea, cerca de un centenar de personas secundó en la tarde de ayer una protesta pacífica a pie de playa mediante la que muchos de ellos formaron una cadena humana que se extendió por unos minutos a lo largo de la orilla del tramo de playa situado frente al hotel Lepe Mar.

Según subrayó María Jesús Donaire, que se erigió en portavoz de los afectados, los veraneantes de La Antilla "estamos muy preocupados" porque, pese a reconocer que estos lodos afloraron hace ya muchos años "pero se taparon", desde hace 15 días "esto va a más y nos preocupa no saber su procedencia, si es orgánico o es el fondo del mar, y necesitamos estar seguros si el agua es apta para el baño o es peligroso bañarse". En este sentido reclaman, según prosigue, que se analice el origen de los lodos e "información oficial del Ayuntamiento o la Junta de Andalucía que nos garantice que podemos bañarnos sin ningún problema". Los veraneantes también se quejan de la "gran peligrosidad" de los lodos "sobre todo para la gente mayor". Y es que, según prosigue Donaire, "mucha gente se cae porque el lodo es muy resbaladizo y muchos mayores llevan ya aquí 15 días sin poder bañarse". A esto hay que añadir, lamenta, "los numerosos ladrillos y otros restos de obras que hay incrustados en el lodo, lo cual supone una peligrosidad añadida porque no se ven, y cuando pisas el barro se te clavan en los pies".

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