Sin flashes ni cortes de cinta oficial, las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) de Almonte y Bollullos son ya una realidad. Tras el historial de retrasos que acumulaban sendas infraestructuras, sus piscinas han comenzado a tratar las aguas negras en un primer periodo de pruebas que durará seis meses. Un tiempo tras el cual sus reactores biológicos estarán en disposición de trabajar a pleno rendimiento, evitando con ello la llegada de detritus a Doñana.

Se cumple así el último plazo aportado por la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que comprometió para principios de marzo la operatividad de las estaciones y el tratamiento de las aguas que generan una población equivalente a 56.000 habitantes, que se corresponde con la suma de los habitantes de Almonte, Bollullos y Rociana y el consumo de las industrias asentadas en estos términos municipales.

De esta forma, la Reserva de la Biosfera dejará de recibir las aguas fecales que llegaba de los distintos arroyos de la comarca que desembocaban en su homónimo del Partido, y, que a su vez, morían en las marismas del Parque Nacional de Doñana. Al tratarse de un espacio natural especialmente sensible, las EDAR eliminarán la suciedad mediante carrusel aireado por difusores y fangos deshidratados.

Como explica Miguel Ángel Llamazares, técnico de la Dirección General del Agua del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), al apostar por una planta de tratamiento biológico es necesario disponer de un periodo de tiempo en pruebas que favorecerá la generación de las bacterias, cuya misión será encargarse de ejecutar el trabajo sucio, depurando el líquido elemento tras la preceptiva separación del fango. De esta manera, sobre el inicio de la temporada veraniega las aguas que se viertan al arroyo con destino a Doñana dispondrán de todos los parámetros que exige la más estricta normativa europea.

Las organizaciones ecologistas se han congratulado por la noticia después de haber exigido sin descanso la finalización de estas infraestructuras y que WWF denunciase públicamente que hasta Doñana llegaban diariamente cinco millones de litros de aguas negras que, según los análisis, contenían elementos químicos "como el nitrógeno y el fósforo que multiplicaban por ocho la cantidad máxima admitida en la norma vigente".

La EDAR de Almonte, que también tratará las aguas negras de Rociana del Condado, trabajará con un caudal máximo de pretratamiento de 697 metros cúbicos por hora y 464 m3 en el reactor biológico (5.576 metros cúbicos/día). Su homóloga de Bollullos hará lo propio con una capacidad de 339 m3 por hora en pretratamiento y 226 m3 en biológico (2.713 metros cúbicos/día).

Las obras se licitaron en 2006 por parte del entonces Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino por valor de 10.147.219 euros. Fue después de que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero declarase el proyecto de Interés General.

Previamente, los técnicos tuvieron que modificar la totalidad de la planta de lagunaje proyectada para Bollullos, la cual calcaba la fisonomía de la EDAR que con anterioridad operaba en Almonte. La fuerte presión de los ecologistas fue determinante para que la administración central reculase y optase porque sendas infraestructuras brindaran un tratamiento biológico a sus aguas, tras demostrar los ecologistas las deficiencias medioambientales que el anterior modelo de tratamientos conllevaba.