La Policía local de Nerva consiguió abortar el robo de varios cientos de kilos de aluminio correspondientes a las puertas y ventanas del clausurado restaurante Nervenses, ubicado junto al centro de salud de la localidad minera. Los efectivos llegaron justo en el momento en el que los cacos se encontraban apilando el material en el interior del local para transportarlo de madrugada.

Los hechos ocurrieron al percatarse un agente de guardia de movimientos extraños en el interior del local, en su habitual ronda de vigilancia nocturna. Tras irrumpir por sorpresa, los cacos abandonaron su botín a la carrera, sin que el policía local consiguiera darles alcance. Se sospecha que el frustrado hurto podría haber sido obra de vecinos de la localidad minera.

El concejal de Seguridad Ciudadana, José Borrallo, felicitó al agente que abortó el robo y pidió la colaboración de los vecinos para que "al mínimo indicio o sospecha" de hurto en el mobiliario público alerten a la Policía local. "La colaboración ciudadana es crucial para evitar este tipo de incidentes o similares", dijo.

Con anterioridad a estos hechos, los agentes consiguieron detener a dos personas en las inmediaciones del Pozo Rotilio cuando se llevaban en un camión una de las piezas perteneciente a la antigua explotación minera, ubicada a las afueras de la localidad, muy cerca del cementerio municipal. En ese caso, los detenidos eras foráneos. El desmantelamiento del patrimonio municipal, sobre todo de instalaciones turísticas clausuradas, como el caso del restaurante Nervenses y el Camping Villa de Nerva o el hotel Santa Bárbara en la vecina Minas de Riotinto, así como del patrimonio industrial de la zona, se ha convertido desde hace unos años en una práctica habitual en una de las comarcas más deprimidas de la provincia.