El Ayuntamiento cederá una finca para mitigar la muerte de caballos marismeños
El Consistorio urge a las administraciones a proporcionar a los ganaderos zonas para alimentar a los animales · La asociación sostiene que la oferta de la institución local no cubre las necesidades de la cabaña
El Ayuntamiento de Almonte cederá a la Asociación Nacional de Criadores de Caballo Marismeño una finca pública de 28 hectáreas de terreno para cultivar y así poder alimentar con carácter de urgencia al ganado que pasta en Doñana que está muriendo por inanición a consecuencia de la falta de pasto. Un anuncio que se produce a raíz del encuentro que mantuvo el equipo de gobierno y la junta directiva de la asociación.
Los servicios técnicos del Consistorio han trabajado a marchas forzadas para terminar de perfilar un convenio de colaboración que fue debatido en el pleno ordinario de ayer. No obstante, aunque el presidente de la Asociación, Gregorio Maraver, agradeció el respaldo de la institución local, alertó que la medida no cubre las necesidades alimentarias de toda la cabaña equina, dado que el número de animales desnutridos supera la cifra de 700, los cuales "han perdido cerca del 50% de su peso normal".
En consonancia, el portavoz del PP, José Joaquín de la Torre, instó al Parque Nacional de Doñana a la cesión "inmediata y con carácter excepcional" de fincas como Matasgordas, Caracoles o el Matochal, las cuales ya fueron demandadas por los ganaderos para que pastaran las bestias. El edil popular reclamó igualmente a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) la posibilidad de utilizar El Moralejo, una finca de más de 400 hectáreas cuya titularidad recae en el Estado español, tras considerarse inconstitucional el artículo 51 del Estatuto de Autonomía Andaluz por el cual la Junta de Andalucía se agenciaba las competencias y, por ende, el control de la cuenca.
De la Torre sentenció que "los animales no tienen culpa de la ineficiencia de las administraciones", a la par que alertó que "alguien que tiene un animal y lo deja morir por falta de alimentación está cometiendo un delito", por lo que dio un toque de atención a todos los organismos oficiales que pueden corregir esta situación.
Igualmente, la muerte de estos animales pone en riesgo la pervivencia de la propia especie y un modelo de vida ancestral, por lo que añadió con sarcasmo que los más de 500 años de historia que atesora la Saca de las Yeguas pueden irse al traste, teniendo que realizarse la próxima edición "trayendo borregos".
En declaraciones a este rotativo, el presidente de la Asociación, Gregorio Maraver, se mostró muy crítico con la dirección del Parque Nacional de Doñana que "no nos ha contestado a nuestro escrito y no ha mostrado ningún interés" en solventar un problema que afecta a la propia fauna que cohabita en el espacio protegido y que tiene la obligación "profesional y moral de proteger".
Maraver destacó que las intensas precipitaciones acaecidas a lo largo del mes octubre y principios de noviembre no solventa la carestía de pastos, ya que es preciso que los días de sol contribuyan a que florezca la masa vegetal, lo que puede tardar un tiempo del que no disponen unos caballos que se encuentran desnutridos y famélicos como consecuencia de ese déficit de alimentación.
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