Provincia

Dos camiones trasladan desde Portugal agua para la población

  • Las restricciones empezaron a mediados de este mes en horario nocturno

El agua de Portugal socorre a la población serrana de Encinasola. Con motivo de las restricciones implantadas en el suministro de agua potable que aún sufre la localidad marocha, el alcalde Ángel Méndez Cortegano acompañó a los técnicos de la empresa Giahsa a una reunión con miembros de la Empresa de Aguas Alentejana en la localidad portuguesa de Barrancos.

En el encuentro, solicitaron el suministro y acordaron que podrían llevar agua desde la zona limítrofe de Portugal a Encinasola a través de dos camiones cisterna con una capacidad de 26 m3 cada uno, hecho que ya es una realidad, lo que supone que se asegura el abastecimiento temporal con los dos camiones que realizan continuos viajes cada día para llevar el agua a la depuradora de Encinasola.

El agua procede de Beja, capital del Alentejo, siendo bombeada a la población portuguesa de Safara que es donde los camiones cisterna cargan, y que está situada a 38 kilómetros de Encinasola, transportándose por carreteras muy malas, por lo que los camiones tienen que invertir tres horas de viaje hasta llegar a la población onubense.

Encinasola padece las restricciones de agua potable desde el día 14 de septiembre, en un horario de 22:30 a 6:30, aunque los 1.500 habitantes de la villa serrana se han adaptado a la escasez. Sin embargo las empresas, como bares, restaurantes, hoteles y panaderías, son las más afectadas al tener que pasar la noche y madrugada sin agua corriente para poder desarrollar su trabajo.

Los vecinos continúan cubriendo la deficiencia llenando cubos, bañeras, lo que ha dado lugar a la recuperación de pozos y aljibes que estaban en desuso.

El gasto de agua se redujo en estos días a la mitad, tras reparar los técnicos de Giahsa fugas importantes en la red, siendo evidente que el agua, tan escasa e importante en la vida de los habitantes serranos, se ha desperdiciado al no ejercer Giahsa un mantenimiento adecuado. Los marochos confían en que la empresa, que presta el servicio en el municipio, sea más diligente y no se vuelvan a repetir las restricciones que tantos quebraderos de cabeza está dando.

Mientras, la poca agua que queda en el pantano de Encinasola permanece en reserva para ser usada en caso de una extrema necesidad.

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