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Chips contra el absentismo escolar

  • Una empresa de Ayamonte introduce en España mecanismos electrónicos para controlar la asistencia a clase de los alumnos · Los dispositivos quedan camuflados entre las costuras de los uniformes para permitir que sean lavados y planchados

La empresa onubense con sede en Ayamonte Camacho Sport -Uniformes Escolares Camacho- ha culminado recientemente con éxito un novedoso proyecto que tiene como objetivo combatir el absentismo escolar mediante el uso de las nuevas tecnologías. Un hecho que le permitirá introducir en España un sistema que ya vienen usando desde hace varios años distintos colegios de EEUU, Inglaterra o Sudamérica.

Lorena Camacho, directora de ventas de esta empresa familiar onubense, que se ha convertido gracias a sus 35 años de experiencia en el mercado y a sus proyectos de I+D+I en una de las más importantes del sector de la confección y fabricación de prendas escolares, explica que el sistema se basa en la implantación de un microchip en el uniforme escolar que detecta si un alumno no asiste a clase o abandona el colegio en horario lectivo.

Este sistema de vigilante es una respuesta a las cuotas de absentismo escolar que han crecido fuertemente en los últimos años. Un hecho que, por una parte, lleva en muchos casos a los padres a lamentar las dificultades que tienen para controlar a sus hijos, sobre todo cuando ambos progenitores trabajan. Y, por otra, a los centros educativos a buscar soluciones efectivas y económicas para incrementar los controles de presencia y faltas entre el alumnado.

Dentro de este contexto, y en el marco del empeño de esta empresa onubense por mantenerse a la vanguardia de los proyectos de innovación y desarrollo tecnológico aplicados a las prendas escolares, Camacho Sport introducirá y pondrá a prueba por primera vez en España este innovador sistema basado en lo que ha pasado a denominarse uniformes escolares inteligentes a través de un microchip que, incorporado a la prenda, permita detectar a tiempo real si el niño abandona el centro o llega tarde a clase. Según explica Christian H. Camacho, director-gerente de la empresa, el sistema tiene su base en la tecnología RFID de identificación y control automático por radiofrecuencia, y funciona de modo que cada vez que un niño entra o sale del colegio queda un registro de sus movimientos. El microchip va camuflado entre las costuras del uniforme, en zonas que permitan su lavado y planchado sin dañar el mecanismo, y está directamente conectado con una base de datos receptora instalada en la entrada del colegio y en otros lugares donde sus responsables estimen conveniente. La señal que emite registra la asistencia del menor a clase y en caso que el niño decida salir del centro en horario lectivo, emite una señal avisando a la Secretaría y mandando un SMS a los padres.

Este control de asistencia, según Camacho, "podría asegurar a padres y profesores que los niños han ingresado efectivamente en el centro educativo , así como si ha entrado o salido del comedor o la enfermería, entre otras zonas de interés dentro del perímetro educativo, y en qué momento del día". También acabaría con la tediosa labor de pasar lista antes del inicio de las clases. Según Lorena Camacho, además de los chips "el sistema implica la instalación de arcos lectores (similares a los que hay a la salida de los centros comerciales para evitar los robos) en aquellos lugares estratégicos donde el centro pretenda ejercer control de presencia. Y, finalmente, un programa informático que genere los registros e informes útiles para el centro y los padres". La implantación del sistema tiene un coste que según los casos oscila entre 60.000 y 80.000 euros.

Lorena Camacho subrayó que al encontrarse el proyecto en su primera fase la empresa ofrece actualmente su implantación de forma completa y gratuita al primer colegio del país cuyos responsables decidan instalarlo. Un asunto por el que, según la directora de ventas de Camacho Sport, ya han mostrado su interés varios colegios de la Comunidad de Madrid y de Andalucía, entre ellos alguno onubense.

El uso de RFID en los centros escolares ha suscitado algunas opiniones encontradas acerca de la privacidad individual de los menores. Un hecho que, para Camacho Sport, no supone ningún problema pues depende de que cada entidad cumpla la legislación relativa a la protección de datos y privacidad, los códigos de conducta y las buenas prácticas existentes. Según Christian H. Camacho, "no pretendemos hacer de esto algo controvertido, sino poner a disposición de los padres una herramienta que permita aumentar el control de sus hijos única y exclusivamente en horario escolar".

Con respecto a posibles efectos sobre la salud, la empresa defiende que la RFID presenta unas características y prestaciones que la hacen ser una de las tecnologías de comunicación de corto alcance más prometedoras en un futuro próximo, con un sinfín de aplicaciones y ámbitos donde su utilización resulta muy ventajosa.

Alega que se han realizado estudios acerca de las posibilidades de la RFID y de sus efectos sobre la salud concluyendo, por una parte, que la implantación de esta tecnología resulta realmente beneficiosa en muchos sectores y, por otro, que no se ha demostrado ningún efecto sobre la salud humana.

Futuras ampliaciones del sistema posibilitarían a los padres obtener información sobre la posición exacta de su hijo en cada momento (si se añade un receptor GPS); reducir el tiempo de pasar lista casi a cero (instalando antenas a la entrada de cada clase); facilitar el trabajo de llamar a casa de los ausentes (que es una obligación que tienen los institutos); dar una respuesta personalizada a cada tutor de grupo sobre las incidencias ocurridas durante determinado periodo de tiempo; o saber qué alumnos no han pasado por el comedor, el gimnasio u otras áreas del centro.

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