Los vecinos de Ciparsa y El Vigía de Mazagón, urbanizaciones que acogen a más de un millar de personas, han denunciado el estado de abandono en el que se encuentran los accesos a esas zonas, que les deja como único reducto de comunicación un camino forestal sin asfaltar y con socavones que convierten el tránsito por el mismo en un rally.

Las imágenes, cedidas por los propios afectados, ilustran a la perfección el estado de esta vía que les conecta con la carretera Nacional 442 que une la capital con Mazagón. La alternativa a este camino es la carretera que les conduce a Ciparsa, actualmente cortada por obras.

Los vecinos apuntaron que no han recibido respuesta satisfactoria por parte de ninguna institución, ni por parte de los Ayuntamientos de Palos de la Frontera (PP) o Moguer (PSOE-Avema), ni de la Subdelegación del Gobierno de la nación, el delegado del Gobierno andaluz, la delegación provincial de Medio Ambiente o la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Obras Públicas y Transporte.

Una telaraña de organismos que, a su juicio, continúan sin darles soluciones y, para más inri, no han ejecutado en el último lustro "ninguna actuación que mejore sus accesos", según la versión vecinal, lo que se ha agravado especialmente en los últimos meses con las obras de urbanización que se realizan en Ciparsa y que han reducido la conexión viaria con todo el oeste del casco urbano de Mazagón

A juicio de los vecinos, como solución más solvente se encuentra el acondicionamiento y asfaltado de dos accesos a Ciparsa-El Vigía desde la carreta N-442, según se recoge en un plan parcial aprobado hace años. Sin embargo, los vecinos apuntan a que la Dirección General de Carreteras no ha definido aún las conexiones al barajarse la posibilidad de un desdoble de la misma hasta la rotonda de Mazagón".

La situación económica hace que los propios mazagonenses hayan perdido la fe de que la actuación traspase el umbral que delimita los proyectos en papel a la realidad. En consonancia con ello reclaman el acondicionamiento del actual camino forestal al entender que resuelve "de manera más racional su conexión a la carretera" ya que en muchos casos no dista más de 100 metros de la vía.

El alcalde, Gustavo Cuéllar, subrayó ayer que los problemas de El Vigía no se circunscriben a las obras que se desarrollan en Ciparsa, si no que son consecuencia directa del hecho de existir únicamente un acceso 'oficial' para acceder al conjunto de inmuebles.

Siendo conscientes de que se habían prometido durante años estas mejoras, "al llegar a la Alcaldía nos pusimos manos a la obra para dar salida a un Plan Parcial que recogía dos nuevos accesos; el primero desde el casco histórico y, un segundo, desde la carretera nacional", dijo el alcalde moguereño.

Desde entonces se han mantenido conversaciones con la Subdelegación para pedirles permiso para acometer tales actuaciones, si bien "nos han comunicado que están pendientes del Ministerio de Fomento hasta conocer si habrá o no desdoble de la vía", dijo el alcalde. Aun así el edil moguereño estima que las obras municipales se pueden desarrollar sin menoscabo e independientemente de que el Estado ejecute en un futuro el desdoble, máxime atendiendo a la urgencia de solventar las necesidades de los vecinos.

Entretanto se solventan los vericuetos institucionales, el edil socialista explicó que dos veces al mes operarios municipales proceden a acondicionar el terreno a efectos de que ante cualquier contingencia exista un "acceso medianamente digno".

En paralelo se han mantenido contactos con el alcalde de Palos, Carmelo Romero, "con quien mantenemos un trato exquisito, comprometiéndose a tramitar con Fomento que dé vía libre" al proyecto municipal.

Los deficitarios accesos a la urbanización El Vigía han provocado que los autobuses de transporte escolar hayan optado por no acceder a determinadas calles dada la "precaria situación de las infraestructuras" viarias, que en muchos casos pone en riesgo la propia seguridad de los alumnos.

Debido a ello el alcalde de Moguer reconoció que ante estos hechos se ha trasladado la problemática a la propia delegación de Educación e incluso se ha estudiado la posibilidad de contratar un servicio de micro-bus que recoja a los estudiantes que residen en las vías por las que se niega a transitar las empresas de transporte público, enlazándolos con la parada más cercana.