Confabulario
Manuel Gregorio González
Narcisismo y política
CREO que existen dos tipos de personas: las oportunistas y las generosas.
Conozco a Amaro Huelva desde hace algunos años y pertenece a esa generación de los 70 en la que no supimos qué era tener dinero hasta los 20 años y teníamos que ayudar en casa porque "no había más narices". Amaro y muchos otros de aquella época tuvimos que estudiar con beca porque en nuestro pueblo había muy pocas familias pudientes.
Durante su niñez y su adolescencia, en el seno de su familia, que es donde verdaderamente uno se forma, a Amaro Huelva le inculcaron valores; valores tan importantes como el trabajo, el espíritu de sacrificio, la resignación; le enseñaron que "no se roba", y que uno se tiene que dar a los demás porque el camino es largo. En su casa le enseñaron que "no se miente" porque "la mentira tiene los patas muy cortas" y, que había que compartir porque sino te quedas sin amigos. En su casa le enseñaron que "los hombres se visten por los pies".
Sus padres le hablaron de seriedad, de entereza, de entrega, de entusiasmo y le hicieron ver cada día que en muchas ocasiones "querer es poder". Y no se lo enseñaron llevándolo al psicólogo (entonces había pocos) o mandándolo al catecismo (aunque fuera); no se lo enseñaron en clases de acompañamiento, ni en campamentos de verano… entonces estas cosas tan modernas que los padres de hoy tenemos a nuestro alcance simplemente no existían.
Amaro Huelva aprendió estas cosas cuando tuvo que ir tres cursos seguidos al cole con la misma mochila; cuando no pudo ir de excursión porque eran tres hermanos y no se podía o cuando tuvo que vender aspiradoras de puerta en puerta si quería dinero para estudiar la carrera. Lo aprendió cuando trabajaba en el camping en verano para pagarse sus gastos del invierno, cuando fotocopió los apuntes de sus compañeros porque algunos manuales eran caros y cuando muchas, muchas veces dijo No porque no podía decir Sí.
Y cuando se crece peleando con dignidad, se aprende a vivir con humildad.
En la vida sólo se puede ser honesto y decente si lo has tenido que ser desde siempre, cuando no has visto ni conoces otras formas de proceder, y cuando sabes que si te la juegas lo puedes perder todo. ¡Es así de simple! Para los que sólo dependemos de nosotros mismos ir por el mal camino es un salto sin red, ¡simplemente!
La política y el poder forman un binomio donde "el oportunismo" se sirve en bandeja de plata y donde la generosidad es sólo la sal que condimenta algunos platos. En ese juego de naipes que es la política, donde las reglas están muy claras si quieres hacer carrera, a los generosos les cuesta permanecer, les cuesta destacar, les cuesta quedarse y, tienden a interpretar el papel de sirvienta que siendo la que más sabe, lleva el delantal y ocupa el último lugar.
Amaro Huelva se ha dedicado a la política durante muchos años, muchos años, … y hasta ahora lo ha hecho con dignidad, con honestidad y con sacrificio.
Su familia, sus amigos y todo su entorno ha tenido que renunciar a él como hijo, como padre, como esposo, como amigo, … en muchas ocasiones. Los suyos han tenido que respetar esa invasión permanente que la municipalidad supone en la vida privada. En los pueblos pequeños, en los mediados y, en muchas ocasiones en los grandes, los alcaldes no tienen horario, están permanentemente de servicio.
Cuando esa entrega es vocacional no pesa pero desgasta, cansa, y aunque se haga libremente no se deja de apreciar cuanto se ha dejado en el camino y cuantas veces se ha dicho No pudiendo decir SI porque se ha pretendido ser la sal que condimenta los platos.
Hoy muchos alcaldes y concejales, sus familias, sus amigos, y todo su entorno soporta los comentarios en muchas ocasiones de una sociedad hastiada de la política, asqueada de la corrupción y decepcionada con el oportunismo de mucho ilustrísimo. Una sociedad que tiende a generalizar y a ver en "esa vocación de servicio público" la peor de las epidemias.
Una triste moneda de cambio para quien supo pasar por la política con mano blanca.
Hoy tenemos en Amaro Huelva un ejemplo de esa clase política que existe y que nadie parece ver. Hoy en la persona de Amaro Huelva la sociedad en su conjunto esta obligada a reconocer el tesón y la entrega de muchos concejales y alcaldes, diputados y parlamentarios y hasta miembros de los distintos gobiernos que trabajan honestamente porque en sus casas les enseñaron "que no se roba" y "que no se miente".
Son hombres y mujeres que no están acostumbrados a que les regalen nada y no les espanta que para conseguir algo tengan que sudar la camiseta. Suelen ser gente humilde que pasa por la política sin pena ni gloria pero que ha dejado muchos retazos de su historia en ella. Son hombres y mujeres que siempre optaron por la generosidad dando de lado al oportunismo.
Hoy en la persona de Amaro Huelva tenemos todos que reconocer, valorar y honrar a esos políticos, es lo menos que se merecen.
Por eso yo, desde esta tribuna que amablemente se me brinda hoy te digo Amaro Huelva: gracias por toda esa labor que has hecho por Rociana y te invito a que cuando pasees por tu pueblo disfrutes de la satisfacción personal que comportará ver tu impronta en cada esquina.
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