Confabulario
Manuel Gregorio González
Narcisismo y política
EL Ayuntamiento ha presentado un plan de extensión de carriles bicis, con la idea de ampliar el existente en 38 kilómetros. Para ello se destinarán 11 millones de euros, la mayor parte, a cargo de la Junta de Andalucía, en un plazo de ejecución de tres años. Esto se une al anuncio de un gran contrato de limpieza y mantenimiento de la ciudad. De forma inminente se moverán las conducciones en la Avenida de Cádiz para darle otro empujón al recurrente asunto de una estación a la que cada vez llegan menos trenes. En definitiva, algo de actividad para justificarse de cara a las próximas elecciones municipales, que se atisban como las más abiertas en años.
El otro día, en Huelva TV, el escritor Diego Lopa presentaba fotos de la Huelva antigua. La última ofrecía el momento de la destrucción del cabezo frente a la rotonda de los Litri y que, según él, marcaba el tránsito entre la Huelva antigua y la Huelva moderna. Al oír estas palabras pensé que Huelva tiene muy poco de ciudad moderna y que ha envejecido muy mal, olvidando o derribando su pasado. Y es que jamás he advertido ninguna iniciativa o idea municipal que no sea importada de otros lugares, que de verdad sea innovadora y pueda llegar a ser referencia a nivel andaluz o, ya puestos, nacional.
Por su dimensión y esa sensación (y realidad) de ciudad "a medio hacer" aquí se daban las condiciones idóneas para experimentar muchas iniciativas de buenas prácticas; en relación a la comunicación con sus vecinos, a la participación de éstos en la gestión municipal, las redes de transporte, diseño de los barrios, incluso esa oficina que financiaba la Unión Europea sobre descontaminación. A cambio, lo que tenemos es una ciudad que no es vivida por sus habitantes, sino más bien sobrevenida, lo que hace que no se cuide ni se respete, de la que se huye en verano, domingos y festivos, y de la que nos sonrojamos cuando viajamos y comparamos. ¿Qué se puede esperar de un sitio con un pasado milenario bajo sus pies que se tapa cuando aparece porque es un estorbo para los constructores? Todo esto creo que retroalimenta ese carácter apático con el que habitualmente se nos descalifica a los onubenses y sirve para justificar todas las tropelías que nos tragamos. Si ya estamos en campaña electoral, señores políticos: no nos prometan más nada, dígannos que van a contar con nosotros e invitarnos a pensar. ¿Es mucho pedir?
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