Cultura

Muere Javier Krahe, exponente irónico de la canción urbana madrileña

  • El artista, fallecido ayer a los 71 años, empezó a ser conocido por el disco 'La mandrágora'

Artista de pequeñas y medianas salas pero con un público fiel. "No conozco a nadie con más éxito que Javier Krahe", decía su amigo y excompañero de escenario Joaquín Sabina en el documental Esta no es la vida privada de Javier Krahe (2005). Y es que ese público que se sabía de memoria el cancionero irónico e irreverente del autor de El cromosoma o La hoguera, no dejó nunca de llenar las mismas salas en las que el músico tocó sin parar a lo largo de más de tres décadas.

Amante de la poesía española del Siglo de Oro y del 27 y de la música de George Brassens, el éxito de Krahe, fallecido ayer a los 71 años en Zahara de los Atunes (Cádiz), se mide sobre todo en términos de independencia. Nadie se libraba de la acidez de su ingenio, ni siquiera, por supuesto, él mismo.

En la década de los 80 dejó en evidencia al gobierno socialista de Felipe González cuando la televisión pública censuró parte de su actuación en un concierto con Joaquín Sabina, según él mismo ha contado. El motivo, la canción Cuervo ingenuo, en la que Krahe expresaba su desencanto con algunas de las decisiones del gobierno de González: "Tú decir que si te votan, tú sacarnos de la OTAN, tú convencer mucha gente. Tú ganar elección, ahora tú mandar nación, ahora tú ser presidente. Y hoy decir que esa alianza ser de toda confianza". Canciones más recientes como Ay democracia - "Me gustas democracia porque estás como ausente", decía- son prueba de que su compromiso político no languideció con los años.

Sus letras también dejaron constancia de su ateísmo, que le puso contra las cuerdas de un modo insólito hace un par de años, cuando fue juzgado -y finalmente absuelto- por la emisión televisiva, en 2004, de un vídeo grabado por Krahe a finales de los 70, en el que explicaba humorísticamente "cómo cocinar un Cristo para dos personas".

Krahe se desquitó incluyendo en su último disco, Las diez de últimas (2014), otra canción, Fuera de la grey: "El Señor no es mi pastor, yo no soy un borrego. Me alejé de toda fe, ¿sabéis por qué? por ser un mujeriego".

En No todo va a ser follar escondía, detrás de la provocación, un canto a las pequeñas cosas, y en La hoguera, otro de sus himnos, se divertía enumerando los modos más crueles de morir.

El álbum con el que empezó a ser conocido fue La mandrágora, grabado en directo junto a Sabina y Alberto Pérez en un local de La Latina (Madrid) y publicado en 1981 y que contiene testimonios de su admiración por Brassens (Marieta) y de su capacidad, también, para cantarle al amor (Nos ocupamos del mar).

Entre los admiradores de Javier Krahe se contaban muchos colegas de profesión, como Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos, Pablo Carbonell, Albert Pla, Luis Eduardo Aute o Javier Ruibal, que en 2004 grabaron un disco, Y todo es vanidad, en homenaje a quien definieron como "pionero del gamberrismo" o "una conciencia tranquila que se ríe".

Krahe, que nació en Madrid el 30 de marzo de 1944 y murió en Zahara de los Atunes (Cádiz) a causa de un infarto, cuenta con 14 discos editados y 150 canciones compuestas. Inició estudios de Ciencias Económicas en la Universidad Complutense, pero los abandonó para irse a vivir a Canadá, tras conocer a la canadiense Annick. Allí empezó su carrera como letrista al tiempo que desempeñaba distintos trabajos.

A su regreso a España, en 1972, empezó a componer canciones para otros cantantes como Alberto Pérez o Chicho Sánchez Ferlosio. Este último fue quien le convenció para que interpretase sus propios temas, que tenían la ironía y la crítica como hilo conductor.

Además, fundó en 1999, junto al Gran Wyoming, Santiago Segura, Faemino y Pablo Carbonell, entre otros, la discográfica independiente 18 Chulos, con la que editó sus trabajos Dolor de garganta (1999), Cinturón negro de karaoke (2006), Toser y Cantar (2010) o el disco homenaje ...Y todo es vanidad (2004).

Sin estatuas y sin esquelas imaginaba Javier Krahe su despedida del mundo de los vivos en Y todo es vanidad, pero el cantautor madrileño no ha podido evitar las palabras de admiración que sus amigos y compañeros de profesión le dedicaron ayer a través de Twitter tras conocer su fallecimiento.

Muchos de ellos como Pablo Carbonell, Santiago Segura o Pedro Guerra, y otros como Joan Manuel Serrat, Alejandro Sanz, Miguel Ríos o Albert Plá, grabaron un disco homenaje hace ya una década cantando sus canciones, titulado precisamente así, Y todo es vanidad. Decía entonces el propio Krahe que su idea sobre los homenajes cambió en ese instante. "Ahora me gustan mucho", afirmaba con su característica ironía.

Sus canciones volvieron a ser protagonistas en su despedida. "No digáis se nos fue el mejor de todos, malogróse el cumplido cantautor, era bueno, tenía suaves modos...", citó Pablo Carbonell, extrayendo un verso de Los siete pecados capitales.

La humorista y presentadora Eva Hache recordó un extracto de El cromosoma: "La muerte no me llena de tristeza, las flores que saldrán por mi cabeza algo darán de aroma", escribió en su perfil social.

El cineasta Santiago Segura, socio de Krahe en la discográfica 18 chulos, se preguntaba "¿Quien hará ahora esas grandes canciones cuidando las esdrújulas?", mientras que Julián Hernández, de Siniestro Total, aseguraba "Krahe es eterno; tú no".

"Nuestro querido y admirado Krahe escribió anoche su último verso. Hasta siempre amigo y maestro, larga memoria a tu luz y tu ingenio. Te quiero", escribió su tocayo, el también cantautor Javier Ruibal. Y el canario Pedro Guerra: "Libro tuyo en mis manos. Releer a uno de los grandes poetas que ha dado la canción. Hoy me entero que te has ido... Buen viaje maestro".

Otros herederos de su huella creativa, como Ismael Serrano - "Qué pena más grande. Maldito el tiempo, maldita la muerte"- o Quique González - "Con Krahe se va un estilo y un género. Máximo respeto por Javier y su arte"- se unieron también a las condolencias.

De la órbita política llegaron las palabras del líder de Podemos, Pablo Iglesias, que recordó el momento en que, en noviembre pasado, salió al escenario de la sala Galileo Galilei con Krahe para cantar Cuervo Ingenuo, con la que en la década de los 80 el cantautor y poeta criticó las promesas incumplidas del PSOE.

El secretario de Cultura y Movimientos Sociales de ese partido, Ibán García del Blanco, expresó el pésame de los socialistas por la muerte del cantautor, del que destacó que es una figura "imprescindible" para entender la cultura española de los últimos años.

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