Cultura

Por el camino de la Fuente Vieja

  • Unas treinta personas participan en la visita guiada a la construcción romana

Ruta por la riqueza paisajística y arqueológica del cabezo del Conquero, con la Fuente Vieja como eje central. Un viaje en el tiempo, conducido por la arqueóloga municipal Rocío Rodríguez Pujazón, que transportó a los asistentes, una treinta personas, a la antigua Onuba, para conocer más a fondo su infraestructura hidraúlica. La Fuente Vieja es hoy día el único acceso al acueducto subterráneo romano (siglo I d.C.).

El acueducto recorre el cabezo del Conquero desde el Santuario de la Cinta y llegaba hasta la plaza de San Pedro -en el solar del antiguo colegio Francés se conserva uno de los últimos tramos del acueducto pero ya en superficie-. Fue el principal abastecimiento de agua de la urbe.

Rodríguez Pujazón explicó que para conocer el funcionamiento del acueducto es importante profundizar en la geología del cabezo. Comentó que es una formación submarina, cuya base son las arcillas de Gibraleón, sobre las que se asientan arenas de Huelva, por encima de las cuales hay dos estratos más, uno de arenas de Bonares y otro con graba, que es la cubierta, la parte más solida del cabezo.

La arqueóloga manifestó que cuando llegaron los romanos se dieron cuenta que el agua de lluvia entra en la zona de arena y el cabezo la absorbe y se queda en la zona de arcilla, formando un acuífero natural, de manera que el agua está acumulada en la superficie del cabezo, en el contacto de la arena y la arcilla, por lo que construyeron ahí un túnel con un sistema que la recoge y la conduce al centro de la ciudad.

La guía recordó que hay la creencia popular de que el acueducto tenía un tramo aéreo en el Paseo de Buenos Aires, pero "no hay ningún indicio arqueológico de ello, es una hipótesis que se puede descartar". Indicó que en la época romana el desnivel no estaba tan marcado en esta zona, a lo que añadió que esta hipótesis ha podido surgir de los textos de Al-Himyari, en los que se recoge que en Huelva había un acueducto con unos arcos de gran amplitud que atravesaban una montaña, aclarando la arqueóloga municipal que se refiere a la galería subterránea que tiene un gran arco.

Con el paso del tiempo el acueducto cayó en desuso y la Fuente Vieja se cubrió de vegetación. El pasado año, a iniciativa de la Concejalía de Turismo, se inició una intervención arqueológica puntual consistente en la limpieza y cerramiento de la infraestructura, con objeto de acondicionar el entorno y hacerlo accesible para que se pueda visitar. Ya se han llevado a cabo las labores de limpieza y cerramiento de la Fuente Vieja. Actualmente están inmersos en los trabajos de excavación para ver cómo era la construcción. Están intentando localizar el desagüe original para que quede operativo tal y como estaba entonces.

Al excavar se ha encontrado debajo de la Fuente Vieja un pavimento de pizarra y unas escaleras para acceder al lugar donde caían los chorros de agua. Éstas datan de finales del siglo XIX al igual que la construcción exterior de ladrillo, cuyos muros se han consolidado "para que no continúen deteriorándose". Todo ello corresponde a una rehabilitación que se hizo en el XIX para que se pudiera coger agua de forma más adecuada.

Rodríguez Pujazón señaló que Baldomero Lorenzo y Leal, en Onoba Listuaria (1878), recoge en su descripción del acueducto romano las escaleras que han aparecido con la excavación arqueológica. "Tiene una escalera que desciende hacia el nivel de la corriente".

Junto a la Fuente Vieja se han encontrado dos sillares romanos, que van a ser objeto de un estudio arqueológico para determinar su procedencia, si formaban o no parte de otra construcción.

La de ayer fue la primera de unas visitas guiadas que se pretenden repetir cada cierto tiempo.

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