Cultura

Las singladuras de Luis Bayo, documento del mes en Moguer

  • El libro-diario del marinero y explorador moguereño, que ocupa un lugar preferente, contempla el periodo entre 1870 y 1887

El libro-diario de las singladuras de Luis Bayo Hernández-Pinzón es el Documento del Mes del Archivo Histórico de Moguer. Dentro del programa especial que pretende poner en valor algunos de los elementos más significativos del importante fondo que se custodia en el Archivo Histórico, este documento ocupará durante un mes un lugar preferente en la sala de consultas de la institución. Se trata del libro-diario que recoge las singladuras del marino y explorador moguereño entre los años 1870 y 1887.

La concejala de Cultura, Lourdes Garrido, y el director del Archivo, Diego Ropero, estuvieron acompañados en la presentación del documento por Manuel Maury Garzón, tataranieto del ilustre marino que perpetúa su estirpe en la localidad moguereña.

El gran hombre de mar que fue Luis Bayo nació en Moguer en 1846 e ingresó muy joven en la Escuela Naval, consiguiendo apenas con 21 años el grado de alférez de navío así como varias condecoraciones por su participación a bordo del vapor León en la campaña bélica desarrollada en la isla de Santo Domingo.

En 1884 fue nombrado teniente de navío de 1ª clase y, al año siguiente, comandante del transporte de guerra Manila, con el que navegaría por el Pacífico, en concreto a las Islas Carolinas, archipiélago por el que España entraría en conflicto con la Alemania de Bismark, que no reconocía la soberanía española. Para garantizarla, el Gobierno español encomendó a Luis Bayo la apremiante tarea de hacer valer sus legítimos derechos.

Así, el marino moguereño fue enviado en el Manila a aquellas islas, muchas de ellas aún sin explorar, propiciando tratados y el reconocimiento de España por parte de los reyezuelos de las islas de aquel inmenso archipiélago, llegando hasta su extremo más oriental que dista de Manila varios miles de kilómetros.

El 29 de abril de 1886, el comandante Cano Manuel entregó el gobierno de las Islas Carolinas Occidentales al marino moguereño Luis Bayo con instrucciones para su reconocimiento y posesión. El 20 de agosto de 1888 regresó a España viendo reconocida su labor con varias condecoraciones, como la Cruz del Mérito Militar, la Cruz del Mérito Naval y la Encomienda de Isabel la Católica.

Ya en 1896 Luis Bayo fue nombrado ayudante de marina y capitán del puerto de Cárdenas (Cuba), siendo ascendido dos años más tarde a capitán de navío y destinado como jefe de estado mayor de la escuadra de instrucción fondeada en la bahía de Cádiz.

El 16 de febrero de 1903 tomó posesión como comandante de marina y capitán del puerto de Huelva, falleciendo de manera repentina tras cuarenta y cinco años de servicio a la marina española, el 26 de abril de 1906.

Juan Ramón Jiménez se refiere a Luis Bayo Hernández-Pinzón en el capítulo Su tío abuelo, de la obra Josefito Figuraciones, en la que el Nobel recrea los paisajes marinos que había revivido con Luis Bayo: "Y Josefito vio el Arroyo de Mariana, los Arroyos de las Angustias, y al momento el Río Odiel, y luego el Mar, y después Cádiz, y más allá, un poco desconocidos y huraños, el Peñón y el Estrecho de Gibraltar, y unas Islas Filipinas, al fin, del que él había oído tanto a Don Luis Bayo".

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