Cultura

Juan Ramón Jiménez en Buenos Aires

  • El recibimiento fue con verdadero fervor poético · La prensa le elogió con titulares de "maestro de la poesía castellana"

Estando próximos al aniversario del viaje a Argentina y Uruguay que el matrimonio Jiménez realizó en agosto de 1948, quiero mostrar, a través de la prensa de la época y los testimonios epistolares, el caluroso recibimiento que le dispensaron los argentinos a su llegada. Juan Ramón conservó cariñosamente en un legajo, en cuyo comienzo se encuentra una hoja manuscrita por él mismo en la que se puede leer: "Viaje a la Arjentina y el Uruguay 1948", todos los recortes de prensa de ese viaje (407 concretamente), que consulté para la elaboración de la cronología del mismo publicado en Dios deseado y deseante (Animal de fondo), de la editorial AKAL, poemario de Juan Ramón fruto de este viaje. Comenzamos con el diario Clarín, el 7 de agosto, que se anticipaba con el titular "¡Salve, poeta!", destacando que solían visitar Buenos Aires hombres de negocios, y que era un regalo cordial para el espíritu la presencia del poeta. Ya el 4 de agosto pisan tierras argentinas, haciéndose eco de ello numerosos periódicos y todos ellos dando al matrimonio Jiménez una cariñosa bienvenida en sus titulares. Destaco sólo algunos: "Con Platero Acero y Plata de Luna es esperado en Buenos Aires uno de los más grandes poetas españoles: J. R. Jiménez"; "Etapas y signos de presentimiento hay en la vida de JRJ, alto y gran poeta a quien se espera mañana", La Razón; "Un alto valor espiritual, Juan Giménez [sic] nos visitará", La Época; "Juan Ramón Jiménez, señor de la poesía, ha llegado hoy", Crítica (SZ-JRJ Sobre 1-05); "Llegó Juan Ramón Jiménez, la más alta expresión de la lírica española", Noticias Gráficas; "Con su barba nevada de años y caminos ha llegado Juan Ramón", La Razón; "¡Bienvenido! Juan Ramón Giménez [sic]", El Eco de Taldil; "Ha llegado a nuestra patria el más grande escritor"; "J. Ramón Jiménez, maestro de la poesía castellana, es ya huésped dilecto de Bs. As.", Laborista; "Ha llegado al país un poeta", El progreso.

Llegando ya a la costa bonaerense, escribió Zenobia cómo vivieron tan emotivo momento. Nos contó que el barco dejaba atrás las costas del Uruguay y entraban por la ría, a Buenos Aires. Juan Ramón miraba atónito el color desnudo del día y exclamaba: -¡Ahora se comprende el andar sobre las aguas! Ya el muelle estaba a la vista y se divisaba la mancha difusa de los que esperaban. Algunos viajeros creían reconocer a sus familiares. Juan Ramón y ella se ponían de acuerdo sobre la manera de proceder en caso de que nadie hubiera acudido a recibirles, no podían imaginar lo equivocados que estarían. Decidieron que uno se quedaría con el equipaje mientras el otro iría a llamar a las oficinas de 'Los Anales' para preguntar en qué hotel estaban alojados. El barco iba tomando posiciones para atracar, cuando oyeron una especie de cántico repetido: -¿Dónde está Juan Ramón? ¿Dónde está Juan Ramón...? Él se asomó. Gritos de alegría. La juventud impetuosa invadió la cubierta. Los anfitriones y algunos amigos que iban a recibirles tuvieron que penetrar en el grupo estudiantil, como pudieron, para dar con Juan Ramón. Concluye así Zenobia: -No hemos puesto pie todavía en Buenos Aires y ya sabemos que hemos encontrado allí un segundo hogar.

Y así relataron los medios escritos su llegada. Escribió el diario Crítica que cuando finalmente, cumplidas todas las formalidades migratorias, pudo la concurrencia ascender al barco, Juan Ramón se encontró rodeado por los viejos amigos y los muchachos inquietos que reclamaban su firma en los libros que le tendían. Señala que no fue sin vencer muchas dificultades que el poeta accedió a posar ante los fotógrafos y que "Juan Ramón rehusó a hacer el viaje en un trasatlántico de lujo, porque la comodidad podría resultar malograda por el bullicio, y por eso prefirió la cámara sencilla del Río Juramento, más acorde con la poesía de la sencillez y del silencio". Los cronistas no lograron sacarle más que esta declaración: -Yo no soy hombre de hablar. Todo lo que tengo que decir ya está dicho en mis libros. Me siento feliz de llegar a la Argentina, de haber disfrutado de un excelente viaje y de encontrarme de nuevo con mis viejos amigos queridos. Noticias Gráficas contó que los numerosos periodistas le rogaban declaraciones y, comprendiendo el ansioso ruego, dijo unas palabras "despaciosamente": -¿No os enojaréis si os digo que hicimos un excelente viaje, atendidos muy bien por el capitán y la oficialidad del barco? Pude gozar, durante la travesía, desde mi habitación instalada frente al mar, de anhelados días de absoluta paz. ¡Y ahora vosotros, amigos míos, venís a darme estas emociones!".

Se informó a los periodistas congregados de que hacía dos días un grupo de ciegos solicitaron el envío de localidades -pedido resuelto favorablemente- para escuchar a JRJ, petición que terminaba con esta frase: Ya que no podemos ver físicamente al poeta, al menos queremos oírlo.

Por otra parte, el diario La Razón nos describió esa mañana añadiendo que cuando el Río Juramento emergió de la niebla, las numerosas personas se pusieron a corear su nombre. Él, apoyado en el hombro de Zenobia, y sombrero en alto, respondía sonriente.

Cuando los fotógrafos quisieron cumplir con sus menesteres, se defendió de ellos diciéndoles: -Saquen ustedes a estas niñas bonitas que me rodean. ¿Para qué quieren una fotografía de un hombre tan viejo y tan feo como yo?

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