Cultura

Huelva en la pantalla

En las últimas semanas hemos tenido noticias del rodaje de películas en distintos lugares de Huelva: Miel de naranja, de Imanol Uribe, en Linares de la Sierra -en cuya plaza localizó Antonio Cuadri una de las principales secuencias de El corazón de la tierra (2006), inspirada en la novela de Juan Cobos Wilkins- y Zig-zag Kidy, del holandés Vincent Bal, con Isabella Rosellini como protagonista, en el Parque Minero de Riotinto. En esto días se nos informaba que el Banco de España sería escenario de la película Fat a realizar por un grupo de cineastas onubenses. Meses antes Huelva fue el marco de la película La voz dormida (2011), de Benito Zambrano, incluida en la terna de tres títulos que opositan a representar al cine español en la cita anual de los Oscar.

En los últimos tiempos Huelva ha sido plató natural de diversas producciones. La ya citada del triguereño Antonio Cuadri, rodada en Riotinto, Linares de la Sierra, Trigueros y Mazagón; Salir pitando (2007), de Álvaro Fernández Armero, en el Nuevo Estadio Colombino; La posibilidad de una isla (2007), del escritor y realizador francés Michel Houllebecq, en Riotinto también; Che, El argentino (2007), del norteamericano Steven Soderberg, rodada en El Buitrón (Zalamea la Real), Traslasierra y Marigenta; El verano de la roca (2007), de Francisco Javier Gutiérrez en el Parque Minero de Riotinto; Brujas (2007), de Pilar Távora en Aracena y Castaño del Robledo; Backup, de Pedro Cotes en Lepe y La Antilla; 3 días (2008), de Javier Gutiérrez en Trigueros y Madre amadísima (2009), de nuevo Pilar Távora en Aracena, que ya había filmado en esta localidad serrana Yerma en 1999. Huelva fue desde hace ya muchos años escenario de rodaje de muchas películas. Tengo catalogados más de medio centenar, sin contar documentales, cortometrajes o filmaciones de programas o series de televisión. De Huelva se habló en tiempos como ciudad del cine por su clima, su extraordinaria luminosidad, sus largas horas de sol y sobre todo por la diversidad de sus parajes. Personalmente he presenciado muchos de esos rodajes y he participado en algunos. Es probable que antes de 1950 se rodara alguna película pero las primeras desde entonces fueron La fuente enterrada (1950), de Antonio Román con Esther Williams y Fernando Lamas en Palos de la Frontera; La minas del rey Salomón (1950), de Andrew Marton en Aracena; Puebla de las mujeres (1953), de Antonio del Amo en Alosno; Sierra maldita (1954), del mismo director en Aracena y Aroche; El hombre que nunca existió (1954), de Ronald Neame en Huelva y Punta Umbría; Pasión en el mar (1956), de Arturo Ruiz Castillo en Huelva y alrededores portuarios; Amanecer en Puerta Oscura (1956), de José María Forqué con Francisco Rabal en Riotinto y Puebla de Guzmán y Faustina (1957), de José Luis Sáenz de Heredia con María Félix, Fernando Fernán Gómez y Fernando Rey en las Grutas de Aracena.

Dos películas entrañablemente onubenses con sus dos toreros más famosos y queridos, El Litri y su sombra (1959), de Rafael Gil y El traje de oro (1959), de Julio Coll, sendas biografías de nuestros admirados matadores Miguel Báez Espuny Litri y Antonio Borrero Chamaco. Podría seguir porque son muchas las películas a reseñar, pero tal vez sería mejor dejárselo para nuestro querido amigo y compañero en estas páginas Antonio José Martínez Navarro infatigable cronista de esa Historia menuda de Huelva, que es una gran historia y que lo haría mejor que yo.

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