Al igual que el pasado año no hubo desfile conjunto de las Cruces de Mayo por la Gran Vía, por decisión de la federación, pero se mantuvo la tradición ya que algunas salieron en procesión, de forma individual, por las calles de Huelva. La de San Pedro inició su recorrido por el centro de la ciudad desde el Colegio San Vicente de Paul. Es el primer año que sale del centro escolar -anteriormente lo hacía de la ermita de la Soledad- con el que la asociación tiene una gran vinculación, muchos de sus miembros son alumnos del colegio, en cuya capilla se bendijo este año la Cruz de Mayo.

La Agrupación Musical Buena Muerte, de Ayamonte, acompañó al paso, exornado con flores silvestres de diferentes colores. Entre los estrenos, la canastilla y el llamador, así como un juego de varas y unos bastones de diputados. Es el cuarto año que la Cruz de San Pedro desfila por las calles del centro, los mismos que tiene la asociación, que surgió por iniciativa de David Flichi, Antonio Rodríguez y Álvaro Rodríguez. Actualmente el número de socios asciende a setenta.

Media hora después, en torno a las seis de la tarde, salía de la casa hermandad de la Oración en el Huerto, en la calle Alfonso XII, la Vera Cruz y Santa Fe -es el segundo año que realiza su salida de la casa hermandad-. El paso, exornado con claveles rojos, recorrió las principales calles del centro, al son de las marchas interpretadas por la Banda de Tambores y Cornetas Cristo de la Expiración.

Una vez que la Cruz finalizó el recorrido, hubo verbena en la casa hermandad, que contó con la actuación del grupo de baile del Colegio Santo Ángel.

Ya estaban ambas Cruces de Mayo por las calles del centro, cuando salió de su capilla, en las pistas deportivas del Molino de la Vega, el paso de la Cruz de los Ángeles, portada por chavales de la Asociación Parroquial de Santiago Apóstol. La comitiva, en la que no faltaron, al igual que en las anteriores, niñas vestidas de gitana, recorrió el perímetro del barrio así como algunas calles interiores. Acompañaba al paso de la Cruz, exornado con yedra y margaritas de colores, la Agrupación Musical Santa Cruz. La Residencia de Nazaret colaboró en el exorno floral aportando la yedra y dos ramos de margaritas. La Cruz llevaba un sudario, espigas, racimos de uvas y parejas de ángeles.

La comitiva realizó durante su recorrido por el barrio una parada en la plaza Don Miguel, donde hubo un refrigerio para los costaleros y los músicos. Tras recobrar fuerzas prosiguieron por el itinerario fijado, finalizando la jornada con música de orquesta.

Tras un paréntesis de un año, la Cruz de los Ángeles volvió a recorrer las calles del Molino de la Vega. "El año pasado no salió en procesión y ahora hemos vuelto a lo original, el recorrido por el barrio", comentó María Teresa Paus, presidenta de la Asociación de Vecinos, que destacó que hace más de treinta años que se celebra la Cruz de Mayo en el barrio. Recordó que al principio, la organizaban las vecinas en la calle Santiago Apóstol. La adornaban con farolillos, flores de papel y macetas y había unas jornadas de convivencia. Posteriormente, cambio de escenario y se llevó a la plaza Don Miguel, donde los festejos tenían lugar durante un fin de semana, hasta que se hizo cargo de las fiestas la asociación de vecinos.

También la Cruz madrina, la del Este, desfiló ayer por las calles de Huelva. A las cuatro de la tarde salió de su capilla, en la plaza de la Caña, en el Polígono San Sebastián, y a las siete menos veinte aproximadamente, el paso llegaba a la Gran Vía, dirigiéndose a continuación por la calle 3 de agosto, para coger el camino de regreso a su barrio, al ritmo de los tambores.

En las barriadas se viven intensamente los últimos días de las fiestas. Gran ambiente festivo se respira diariamente en el Barrio Obrero. Hoy, en la Hispanidad, habrá una verbena, estando previsto que, a partir de las 21:00, actúe en la plaza de los Descubridores, el grupo de baile Rocío López. En Verdeluz, intervendrán los grupos de baile de Verdeluz y Nueva Huelva y se entregarán los premios de los distintos concursos.