La provincia de Huelva cayó muy pronto (1936) en manos de la órbita de Franco. No hubo apenas focos de resistencia republicana medianamente organizada a excepción de la Cuenca Minera, una comarca que llegó a ser bombardeada. Los apenas dos meses que duró 'la conquista' fascista, jaleada como si se tratase de una Covadonga mítica, dejaron expedito el camino para que los sublevados aplicaran la represión desde los primeros instantes del conflicto bélico.

La primera fase de la ocupación fue protagonizada por la columna que mandaba el capitán de corbeta Ramón Carranza. Según el análisis de Francisco Espinosa, la posibilidad de que al Puerto de Huelva llegasen escuadras republicanas que pudieran controlar la navegación por el atlántico empujó a Franco a actuar rápido. El segundo motivo era la comunicación con Portugal por Ayamonte.

La columna Carranza ocupó El Condado entre el 18 y el 27 de julio de 1936. El 29 sucumbió la capital y toda su área de influencia. Comenzaron las desbandadas de huidos y se declaró el Estado de Guerra.

En agosto comenzó la segunda fase de la ocupación, la Sierra. A mediados de mes partió de Sevilla otra columna bajo el mando del comandante de caballería y jefe del requeté Luis Redondo. La suerte de Huelva quedó echada en septiembre. No habría guerra civil ya sólo represión y terror.