Historia menuda

Antonio Borrallo Gómez 'El Mixto' (I)

  • El apodo de El Mixto se lo puso Jarita de niño, cuando remedaba y hacía sonidos de los mixtos jilgueros l Iba para tornero, pero con apenas 17 años se marchó a Madrid para ser artista

Primer retoño del barbero de la Residencia Sanitaria Manuel Lois y de la Clínica de los doctores Mackay y Macdonald, Antonio Borrallo Gómez, nacido en Valencia del Ventoso (Badajoz), y de Gregoria Arroyo Gallango, Antonio vio la primera luz en la calle Alonso Sánchez, popularmente llamada De los Tumbaos, nº 3, el 11 de junio de 1943, pero a los 10 o 12 días sus padres fijaron su residencia en la calle Arquitecto Pinto, del simpático e industrial barrio del Matadero y a pesar de que la plaza Niña y sus alrededores siempre le han irradiado una gran simpatía, él siempre ha proclamado que era originario del citado barrio.

Aunque de constitución delgada, el pequeño Antonio se desarrolló con normalidad y empezó a andar. Las dos o tres salas de su casa, con los trastos de barbero de su padre, pronto dejaron de ser suficiente para su curiosidad. Se impone ir a una miga y va a la de Jarita. El maestro que regía esta escuela maternal era un entendido del flamenco y de él aprendíamos los niños las primeras nociones sobre aquella música que tenía para nosotros un especial atractivo. Su hermano, por cierto, tenía un bar o kiosco muy popular en el Muelle. Después, se matricula en el colegio de don Rafael, cercano al Matadero, maestro que tenía como lema pedagógico aquella máxima que decía: "La letra con sangre entra", ya que los palmetazos que daba en la mano eran de aúpa.

El apodo de El Mixto se lo puso Jarita cuando el niño remedaba porque tenía la voz muy valderramá (la voz tan especial que tenía Juan Valderrama) y hacía los sonidos de los mixtos jilgueros, los trabalenguas de los pájaros. Así, Jarita decía: "Pues no se parece este niño a un mixto" y con este sobrenombre ha pasado a la historia flamenca de Huelva. Él cantaba algunas cosas de Juan Valderrama, que, con el transcurrir de los años, sería su padrino y que, como un pequeño homenaje, conviene que le dediquemos unos renglones: Juanito Valderrama vocalizaba muy bien. Su voz era impresionante, inconfundible e irrepetible. Era metal puro, con subidas everísticas, impregnadas de melismas… Imitarlo es casi imposible. En cambio, la voz de Marchena, acaramelá, ha sido imitada impecablemente por Manolo González, de La Palma del Condado o por Pepe Guillena 'El Niño de los Rincones', que hizo cosas de Marchena en la peña madrileña de Pepe el de la Matrona, lugar de encuentro de todos los chavales ansiosos de aprender más cosas del flamenco (Enrique Meneses, Pepe Llorente, Paco de Lucía…), ya que allí se reunían por la tarde a tomar café los grandes del flamenco, figuras de la talla de Enrique Orozco, Pericón de Cádiz, Manolo Vargas, La Leona de Jerez… Pero, sigamos. Del colegio de don Rafael pasó al del Padre Laraña, donde estudiaba para salir hecho un buen tornero. "Es posible -pensaba- que a los 16 ó 17 años entre en la plantilla de los Talleres Lima o en la de Gómez, por cierto, la más importante en la Huelva de aquellas fechas.

Pero el flamenco le bullía en la cabeza. En este sentido, la actitud de El Mixto era en todo momento la del alumno dispuesto a aprenderlo todo con avidez. Salía por las tardes con Pepe Sánchez, electricista de la Residencia Sanitaria Manuel Lois y, según él, uno de los hombres que más sabe de flamenco en España, y su destino era el bar Los Curros. Como este establecimiento de bebidas estaba en la calle Gran Capitán y no los dejaban entrar en ella, entonces llamaban la atención de los Curros (uno de los cuales era el suegro de Manuel Castilla) para que avisaran a Antonio Melero Castillo 'El Muela' o Niño de Barbate, genial cantaor que escucharlo daba escalofríos, y le preguntábamos: Antonio, ¿Cómo es el mirabrás? o Antonio, ¿Cómo hiciste la nana del disco que grabaste con Paco de Lucía? También se acercaban a cierta taberna del barrio San Sebastián, donde se quedaban embelesados escuchando las admirables facultades de Pepe Sanz Urbano, cantaor por el que nuestro biografiado siempre tuvo una gran admiración.

Un buen día, cuando apenas tenía 17 años, le dijo a su madre que se marchaba a Madrid en busca de Eldorado de ser artista. Ya en Madrid, El Mixto lleva una vida a caballo entre las penurias y el flamenco. Son meses en los que come poco y sufre mucho e, incluso, tiene que dormir en un banco de la calle Tirso de Molina. En este punto, dejémosle la palabra a El Mixto y que con ella abra la compuerta de la anécdota y tengamos un ejemplo de los apuros que pasan algunos cantaores y guitarristas en la Villa del Oso y del Madroño:

"… Una mañana veníamos de la Venta Chano Lobato (Juan Miguel Ramírez Sarabia, el gran cantaor, nacido en Cádiz en diciembre de 1927, y fallecido en Sevilla el 5 de abril de 2009, añadimos nosotros) y yo, cogimos el metro, o nos colamos, que no me acuerdo bien y en Tirso de Molina era costumbre en las cafeterías pintar en el cristal, con un spray blanco, los chocos y otras tapas como reclamo para los clientes. Y veníamos y no teníamos ni pa café y yo me adelanté unos metros. Y veía a Chano que estaba hablando con el cristal. Yo no sabía qué estaba haciendo. Y le dije: Juan, mi arma", ¿qué estás haciendo? A lo que respondió el gran Chano: "¿Qué estoy haciendo? Que le he hablao al calamá, que está aquí pintao y le estoy diciendo que salga, que se meta en un bollito, calentito, y que salga pa comérnoslo… -Al calamar de un cristal le va a hablar, Juan de mis carnes…-, le respondió el huelvano". Y es que pasaron tantos apuros en Madrid que tuvieron que aminorarlos con muchas dosis de humor.

Pero, continuemos con las cuitas de El Mixto en los madriles. Para tener opciones de triunfar en el mundo del espectáculo debe sacar su carnet de artista… Lo obtuvo en el Teatro de La Latina. Él fue a examinarse con un amigo. Ambos tenían 18 años, uno cantaba y el otro bailaba. El Mixto tuvo la fortuna de que le tocó como examinador Pepe 'El Habichuelas' y de que cuando cantó por soleá en el jurado estaba Antonio Mairena. De este artista se llevó un disgusto: Estaba cantando muy requetebién por soleá, haciendo las cosas de Tomás y en un momento dado Antonio Mairena dijo en voz alta:

-"Ese niño que pare y que se marche".

-El Mixto comenzó a llorar como cualquier niño. ¿Qué es lo que ha pasado?

Al poco rato Antonio Mairena se dirigió al onubense y le dijo:

-¿Tú de dónde eres, niño?

-"Yo soy de Huelva", le contestó.

-¿De Huelva, y haciendo esos cantes?.

-Mire usted, le contestó el choquero, es que a mi me gusta mucho Tomás, me encanta la Niña de los Peines… y esos cantes tan puros he tenido que aprenderlos un poquito. Como canto bailar o intento cantar sólo para el baile con toda la honestidad del mundo….

-"Me has dicho que eres de Huelva".

-Sí.

-Y ¿de qué barrio?

-Soy del Matadero.

-Y te voy a hacer una pregunta; ¿Tú conoces en Huelva a Pepe Escala?

-Sí, claro que lo conozco.

-Ese es mi compadre. Y no llores más, porque has cantao una jartá de gracioso, muy flamenquito, conociendo el oficio.

Animado por estas palabras, en la segunda parte cantó por romeras del Flecha de Cádiz, el padre de El Chaquetón y cuñado de Antonio El Chaqueta…

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