Huelva

Los hosteleros calculan pérdidas de entre el 20 y el 40% este verano

  • La Asociación Provincial de Chiringuitos estima que la facturación se ha recortado un 25% · El dato más negativo está en La Antilla · El todo incluido de los hoteles ha logrado mantener la ocupación

Los hosteleros de los núcleos costeros gustan de decir que el éxito de la temporada de estío es directamente proporcional a los días en los que el sol luce su mejor cara. Una traducción que se cumplía fielmente año tras años hasta la entrada en escena de unos factores macroeconómicos que comenzaron a arrojar datos que vaticinaban una crisis que cada año parece manifestarse con mayor crudeza.

El sector afirma que si el año pasado el consumo de los turistas, domingueros y residentes se resintió sensiblemente, este año la facturación ha caído a plomo cumpliendo con ello las peores profecías. A pesar de que en materia de ocupación Huelva ha logrado salir airosa y licenciarse con nota, en un año decisivo para medir la fortaleza de nuestro turismo ante las abruptas adversidades, no ocurre lo mismo en cuanto al sector hostelero y los comercios del litoral. Estos han sufrido con mayor virulencia una sangría en su facturación que cifran en torno al 20 o el 40%. En contra de la opinión generalizada y los estudios de mercado que hablaban de que los españoles no renunciarían a sus vacaciones pero que, en su defecto, reducirían su estancia, lo cierto es que las suculentas ofertas de los hoteles onubenses ha permitido disuadir a muchos de esta práctica y convertir a la provincia en el tercer destino nacional con mejores niveles de ocupación.

Los sacrificios de los turistas parecen haber estado encaminados a otras parcelas como salir a comer fuera, degustar un helado o acudir a discotecas, pub o cualquier actividad de ocio. En síntesis, todos aquellos gastos extraordinarios que no se circunscriban al periodo de estancia. Más datos. El hecho de que muchos hoteles ofrezcan la pensión completa como reclamo para captar clientes y sostener los niveles de ocupación implica que quienes llegan a nuestras costas no tienen necesidad de desayunar, almorzar o cenar fuera del establecimiento, privando de clientes a restaurantes y bares.

No es de extrañar, por tanto, que los hosteleros encuestados por este periódico aseguren que los datos son mucho más negativos de lo que estimaban en un principio. En este sentido afirman que eran críticos con la coyuntura económica y preveían de inicio una contracción del consumo en igual proporción al aumento del IVA (el 2% para los productos gravados hasta entonces con un 16%) e incluso de un 5%, debido a la consabida reducción de los sueldos de los funcionarios. Si a eso le añadimos los ciudadanos que han pasado a engrosar las listas del paro, el sector concluía en sus estimaciones que podrían dejar de facturar en torno a un 8 por ciento y, en el peor de los casos, entre un 10 y un 15. La realidad ha sido más cruda.

Ante estas adversidades el sector ha hecho suya la estrategia de los hoteles con ofertas agresivas impensables en las zonas centro del litoral. Se han podido encontrar restaurantes que ofrecían menús a 9 y 10 euros con objeto de mantener la plantilla y contar con clientes todos los días de la semana. Medidas que han tenido una repercusión muy limitada.

A expensas de un balance final lo cierto es que en el mes de julio y agosto los chiringuitos de la costa onubense han percibido una "psicosis" entre los clientes, lo que ha tenido buena culpa de la paralización del consumo, mucho mayor a la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos. El presidente de la Asociación Provincial de Chiringuitos de Huelva, Juan Díaz, añade que el sol ha sido un aliado y asegura que no sabría concretar las nefastas consecuencias que hubieran tenido si el tiempo no hubiese acompañado, a pesar de que en agosto "ha habido días tontos". Díaz concluye que la facturación "se verá resentida con respecto al año pasado en un 25%", aunque dependen de las zonas, dado que en municipios como La Antilla el descenso se presume mucho más pronunciado. Para más inri los domingueros de Matalascañas o Mazagón han realizado un gasto mínimo, según constatan los propios chiringuitos y bares, cuyos regentes añaden que la mayoría de los clientes este año acuden a la playa provistos de todo lo necesario para echar el día, por lo que la repercusión es casi nula.

La única nota positiva que encuentra el sector es que las zonas azotadas por el temporal durante el invierno no han tenido a penas incidencia en lo que respecta a quejas por parte de los usuarios o que existieran cancelaciones de clientes por parte de los hoteles.

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