Huelva

El Seprona detecta abonos tóxicos usados en el entorno de Doñana

  • Los ecologistas denuncian que explotaciones agrarias de Sevilla y Cádiz utilizan fosfoyesos de la factoría de fertiberia · Fertiberia insiste en que es una práctica legal

Organizaciones ecologistas y sociales alertaron ayer en Sevilla de que informes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) han detectado toxicidad en fosfoyesos de la factoría de Fertibería en Huelva que se utilizan como abono en cultivos del Bajo Guadalquivir, especialmente en explotaciones agrícolas de las provincias de Sevilla y Cádiz.

Representantes de la Asociación Mesa de la Ría de Huelva, Ecologistas en Acción, Greenpeace y WWF dieron a conocer ayer los informes realizados por el Seprona que inspeccionaron el transporte de fosfoyesos desde la factoría onubense de Fertiberia a explotaciones agrarias de Sevilla y Cádiz. Estos informes detectaron que este residuo industrial, usado desde hace décadas como abono de fincas de remolacha, arroz y algodón, contiene "lixiviados con un PH muy ácido, elevadas concentraciones de sulfatos, calcio, sodio, fósforo y metales tóxicos entre los que se encuentra el uranio".

Los agentes del Seprona han alertado de que "el uso de fosfoyesos en agricultura, de forma intensiva o continua, puede producir la acumulación de metales tóxicos como el uranio".

Los informes se realizaron dentro de una investigación sobre si la factoría de Fertiberia había cesado el vertido de fosfoyesos, como ordenó la Audiencia Nacional, y han sido remitidos a un juzgado de Lebrija, que investiga una denuncia en la que se ha personado la Mesa de la Ría de Huelva.

Tanto el portavoz de esta organización, Aurelio González, como los responsables de Contaminación y Antinuclear de Greenpeace, Julio Barea y Carlos Bravo, respectivamente, han advertido del peligro que supone usar los fosfoyesos de Fertiberia como abono, dados sus elevados componentes de uranio y de otros metales pesados, que se transmiten a través de alimentos, contaminan el agua y se acumulan en el organismo humano. Las organizaciones recordaron que el triángulo Cádiz-Sevilla-Huelva padece una de las más elevadas tasas de cáncer de España y que varias analíticas han detectado en la población onubense unos niveles de uranio desconocidos en el resto de la población española.

La venta de fosfoyesos para su posterior utilización como enmienda agrícola está legalmente regulada mediante decreto. Así lo recordó ayer Fertiberia en respuesta a las críticas realizadas por las organizaciones ecologistas y los representantes de la Asociación Mesa de la Ría. El director de la planta onubense, Roberto Ibáñez, enmarcó la práctica de la distribución de los fosfoyesos como abono dentro de un estricto marco legal, al tiempo que mostró su extrañeza por la publicidad del contenido de los informes del Seprona. En este sentido, si bien Greenpeace reconoce que los fosfoyesos se pueden utilizar de forma genérica para abonar cultivos, en el caso de los procedentes de Fertiberia su uso debe de prohibirse por su elevado contenido de uranio y metales pesados, de gran toxicidad, sobre todo si se absorbe de forma continuada.

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