Huelva

Pinceladas al aire libre

- Otro mundo es posible. No deberíamos abdicar de esa aspiración: cambiar el mundo para desechar el racismo, las desigualdades, la voracidad de algunos o la pasividad de otros. Hombro con hombro, mano con mano pueblo lepero, pueblo huelvano…

-Cuando se habla de Huelva, de su Muelle de Río Tinto y de las minas, no deberíamos olvidar que, mientras se construía y se extraía el mineral a base de mucho trabajo, sangre, sudor y lágrimas, los obreros involucrados vivían en condiciones miserables. Olvidar es morir un poco.

-Los psicólogos dicen que más del ochenta por ciento de nuestros conocimientos los adquirimos mediante impresiones visuales. Así se entiende que por muy niños que abandonemos nuestros pueblos y ciudades, sus imágenes nos acompañan siempre. Aunque sea en lo más profundo de nuestros sueños.

-El camino más seguro para tener un enemigo es mostrarnos superiores a él. Se perdona todo menos la soberbia de quien se cree superior. Y aquí no hay nadie superior a otro: cada ser humano, en su campo, es extraordinario. Otra cosa es que los demás no lo vean.

-Está bonito ver como los niños corretean por la plaza de las Monjas. Los niños son nuestra única esperanza de regeneración de una sociedad en descomposición por el materialismo que inculcan los dueños de la sociedad masificada. Empezando por la inmensa mayoría de medios de comunicación (¡ay!) de masas.

-La plaza de las Monjas ha tomado otro aire desde que abrieron el nuevo bar, pusieron los mazacotes de flores, los dos pirulitos fluorescentes, las exposiciones de escultura al aire libre y las de dentro del Hotel París de nuestra excelentísima y nunca suficientemente alabada Diputación Provincial. Está bien que haya sana (¡jó!) competencia con el excelentísimo Ayuntamiento capitalino. Por cierto, que hablando de capital, habrán notado ustedes que, por mucha crisis que haya, la banca siempre gana.

-La banca gana, los precios suben, el salario permanece… en franco descenso, como el Recre y la estabilidad laboral. Y eso en el caso que no haber pasado a engrosar las filas del paro. Un millón doscientos mil parados en Andalucía equivalente al 29 por ciento según augura un estudio publicado por Unicaja, ahora en feliz matrimonio (nada de por lo civil claro está) con Cajasur.

-La llamada caja tonta, la tele, pasó a digital. Ha dejado de ser analógica salvo en las emisoras locales que esperan a que los responsables del engendro se aclaren. Lo cierto es que los inventores o inductores del chanchullo se han forrado vendiendo aparatitos y ya no habrá libertad para montar una emisora de TV. Salvo si se es amigo, hermano o hija de algún prohombre con peso específico en el Gobierno de turno.

-Le toca el turno al fútbol. Ese otro invento de la pérfida Albión con el que el sistema ha logrado que media España esté atenta a los multimillonarios fichajes, a los tendones de Raúl y a la rabieta de Villa por no poder pisar el césped del Nou Camp como local y sí como visitante de un Valencia que, por cierto, también tiene su Camps pero con el descenso revoloteando por su fondo de armario.

-El fútbol, profesional, se percibe ya como una droga cualquiera y está haciendo estragos entre los que amamos un fútbol-deporte, un entretenimiento que no nos lleve a la locura de defender a quienes con el dinero de los aficionados dilapidan cantidades astronómicas en adquisición de supuestas estrellas. Nos estrellaremos todos.

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