Huelva

Trazos artísticos del acogimiento familiar

  • Unos 350 alumnos de cinco centros escolares de Huelva participan en el concurso de dibujos de Alcoresl Iniciativa El objetivo del certamen pictórico es sensibilizar a la ciudadanía sobre el acogimiento de menores tutelados por la Junta de Andalucía.

Mostrar a través de un dibujo el acogimiento familiar. Éste era el cometido de los 350 escolares que han participado en el I Concurso Infantil de Dibujos organizado por la asociación Alcores. Cielos soleados o con arco iris, y familias con caras sonrientes son los elementos principales que se repiten en las diferentes composiciones realizadas por niños de entre cuatro y once años, que estuvieron ayer expuestas en las carpas de la avenida de Andalucía. La alegría como nota predominante, sólo alterada por la tristeza plasmada en uno de los trabajos, que reflejaba la añoranza que sienten por sus padres los menores tutelados por la Administración. En esta ocasión, el cielo soleado se tornó lluvioso, como metáfora de las lágrimas del niño al verse separado de sus progenitores.

El objetivo del certamen, al que han concurrido cinco colegios de la capital onubense, es sensibilizar a la ciudadanía sobre el acogimiento familiar de menores, de hecho "los niños comprenden mejor el hecho solidario de compartir a sus padres". Así lo manifestó Antonio Muñoz, sicólogo de la asociación, que es la que se encarga, en Huelva, de buscar familias dispuestas a acoger a menores. En este sentido, asegura que en la provincia onubense hay "una bolsa importante de acogedores", subrayando que cuentan con familias en todas las comarcas.

Junto a la exposición, Alcores instaló una mesa informativa donde explicó a los interesados en qué consiste el programa de acogimiento familiar de menores. Hay tres tipos de acogimiento: el simple, que dura seis meses o un año como máximo; el permanente, en el que no hay límite de tiempo, y el de urgencia, con niños de entre cero y siete años que se van a dar en adopción, que tiene una duración de seis meses prorrogable a nueve.

La asociación ayuda a las familias dispuestas a acoger menores a tramitar la solicitud y, una vez que ésta se ha tramitado, estudia el núcleo familiar, su idoneidad, para a continuación formarla. Asimismo, cuando se va a producir el acogimiento colabora en el proceso de acoplamiento y realiza el seguimiento del caso. Alcores tiene trabajador social, sicólogo y abogado que pone al servicio de las familias así como un teléfono de urgencia, donde siempre hay un técnico para atenderlas. Muñoz destaca que son niños que sobre todo demandan afectividad, el calor de un hogar. Previamente a un acogimiento, se trabaja con los niños, "si el pequeño no quiere, no se da en acogimiento, todas las medidas se llevan a cabo por el bienestar del niño".

El perfil de las familias que acogen menores es muy variado. En el acogimiento no hay límite de edad, de manera que hay personas mayores, matrimonios con o sin hijos, personas que viven solas, parejas de hecho... Se busca fundamentalmente a personas motivadas que conozcan el funcionamiento del programa de acogimiento.

Según el sicólogo, el final de acogimiento no se vive de forma traumática en la familia de acogida, de hecho la asociación cuenta con una familia que ya va por el tercer acogimiento. "Cuando termina la acogida es por una buena causa, los padres de los menores se han recuperado y pueden regresar con ellos", a lo que añadió que "los niños siempre quieren volver con sus padres", con los que continúan manteniendo el contacto a lo largo del proceso de acogimiento.

Generalmente, las familias prefieren a los niños más pequeños porque son más adaptables, pero "los mayores también se adaptan muy bien, tienen una capacidad de comprensión mayor". Muñoz recuerda el caso de dos hermanos de 10 y 12 años "que a las dos semanas parecía que habían vivido con esa familia toda la vida". En estos procesos se intenta no separar a los hermanos.

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