El Ensanche saldrá: otra cosa son los ritmos". Desde la promotora Descirea -del Grupo Trusam, que en 2004 compró las Marismas del Titán-, reconocen que "obviamente la situación ha cambiado tremendamente en los últimos tres años" y que, una vez les cogió el toro de la crisis tras el desbloqueo judicial, "las cosas están muy complicadas [hay que poner sobre la mesa 95 millones de euros para empezar a urbanizar]. Ahora bien, insisten los promotores en que "eso no significa que el proyecto esté parado, como algunos han dicho. Ni mucho menos". Como dio cuenta este periódico en la edición de ayer, las informaciones que nos llegan de la Junta de Compensación del sector ensanchan el calendario, y todo parece ahora depender de trámites puramente administrativos que siguen su curso cuesta arriba, pero sin pausa: el horizonte de la primera piedra se aplaza al término de las Fiestas Colombinas.

La semana pasada desembarcó en el Registro de la Propiedad el proyecto de reparcelación del Ensanche, que afecta a una quincena de propietarios. Según indica el presidente de la Junta de Compensación, José Luis Cases, la inscripción, teóricamente, debería formalizarse en el margen de un mes. Por otro lado, el proyecto de urbanización está pendiente de aprobación definitiva por parte del Ayuntamiento de Huelva, trámite que se cursará a corto plazo. "Teniendo en cuenta estas cuestiones y el hecho de que las soluciones técnicas ya están bastante consensuadas, en cuestión de unos meses debería estar todo preparado para las obras, hechas las pertinentes pruebas geotécnicas en estos terrenos de marismas", señaló Cases.

El Ensanche, que abarca 120 hectáreas desde el Recinto Colombino hasta El Titán y Las Metas, albergará una urbanización de más de 3.200 viviendas, un centro comercial y de ocio junto al estadio Nuevo Colombino, parques, equipamientos docentes y deportivos (como el nuevo club de tenis), una catedral, un palacio de congresos, la Ciudad de la Justicia, la estación del AVE y un nuevo recinto ferial, entre otras infraestructuras y dotaciones.

El macroproyecto tiene unas connotaciones especiales para la populosa barriada de El Matadero, que quedará integrada en la zona de expansión con el derribo del muro de Renfe, corsé histórico de la ciudad. El portavoz vecinal de la zona y presidente de la Federación Saltés, José Luis Rebollo, ha planteado en la Gerencia Municipal de Urbanismo una iniciativa para celebrar unas jornadas ciudadanas en la que se aborden los detalles del proyecto, una exposición en la que, en principio, participarían los técnicos encargados del plan, los responsables municipales y el empresario que encabeza la operación, Juan Manuel Trujillo (Grupo Trusam). Las jornadas se aplazan, como el Ensanche, para después de las fiestas de agosto (una vez se libere el Recinto Colombino para las obras) y, de momento, más a corto plazo la Federación vecinal proyecta unas jornadas de fomento del civismo y el respeto al medio ambiente, un programa para el que mantendrán una inminente reunión con el concejal de Infraestructuras y Servicios Municipales, Felipe Arias. A priori, la idea parte de las ventajas de la estructura piramidal del asociacionismo, promoviendo la concienciación desde la Federación a los diferentes colectivos de las barriadas y estos -con la colaboración del Ayuntamiento- a su masa social, en campañas a pie de calle.