Huelva

Sin fronteras en el lenguaje

  • La asociación de vecinos Nuevo Higueral imparte un curso gratuito de español para inmigrantes

Mientras Alejandro explicaba en la pizarra el sentido de las frases condicionales, donde "un verbo de deseo va acompañado por un verbo de posibilidad", Mari Carmen enseñaba a una familia cómo se leía la 'l con la a', la l con e'... ayudándose en una cartilla de lectura tradicional.

Así comenzaba en la tarde de ayer una jornada más del curso de español para inmigrantes que desde hace cinco años organiza e imparte la asociación de vecinos Nuevo Higueral de la capital onubense. "Fue la primera asociación vecinal en Huelva en ofertar un proyecto como éste", comenta la presidenta de la misma, Charo Romero, recordando que por esa época las actividades que se hacían en el barrio no llegaban a todos sus vecinos, sobre todo, "a esos vecinos extranjeros que cada vez se asentaban más esta barriada". Por lo que tomaron "conciencia de que algo teníamos que hacer por ellos, pero no sabíamos qué, y tampoco contábamos con presupuesto... y se nos ocurrió que la mejor manera de ayudarles era dándoles clases de español".

Clases difíciles, dada la gran diversidad de nacionalidades que se han concentrado en su 'aula' y, sobre todo, a los diferentes niveles que presentan cada alumno. "Por aquí han pasado brasileños, ucranianos, polacos, checoslovacos, rumanos, marroquíes... algunos con cierta idea de nuestro idioma, otros con mucha, y la mayoría sin ninguna", explica Romero, apuntando que dicha dificultad crece al tener que condensar varios niveles en la misma hora y en el mismo espacio".

Espacio que compartía ayer Samira con 11 compañeros más, todo ellos de nacionalidad marroquí. De 36 años, esta mujer presenta un nivel medio de español por tal razón está en el grupo en el que Alejandro explica las condicionales. Llegó a Huelva hace un año con el deseo de tener un hijo con su marido, quien recaló por estas tierras hace cinco años, y así lograr una vida mejor. Dice que ahora, por la crisis, ambos están en paro, pero que sueña con la posibilidad de que el futuro les vaya mejor.

Sin trabajo también se ha quedado Layachy, un padre de familia que desde que llegó a esta capital, hace ahora siete años, siempre ha encontrado trabajo, o bien en la construcción o en el campo. Con cierto nivel del idioma, acompaña a su mujer, Menana, y a sus hijos, Fátima y Aziz, cuyos conocimientos del español son escasos, ya que tan soló llevan residiendo en Huelva desde hace un año. A la vez que leen la cartilla, Mari Carmen, una joven diplomada en Magisterio, remarca que en estas clases se intenta que adquieran un vocabulario y expresiones que les puedan ser útiles en su vida cotidiana.

"A las mujeres, amas de casa, les enseñamos los nombres de los alimentos que pueden encontrar en las tiendas, de los utensilios de cocina, del baño, de la casa...; a los niños, todo lo que rodea su vida escolar, siempre buscando lo más práctico para ellos... Y a los hombres, se prepara las clases dependiendo de sus intereses en cada momento".

También se da el caso de que "tenemos alumnos con un nivel altísimo de estudios, que se acercan por aquí para aprender el español que utilizamos día a día", apunta Charo, quien no quiere dejar de destacar la gratuidad del curso. "Es gratis porque no cuesta nada. Tenemos espacios, y a dos profesores que dan las clases voluntariamente, sin pedir nada a cambio". "Nos conformamos con su gratitud. Son personas que saben agradecerte todo lo que haces por ellos. Al final ellos te dan más, de lo que tu les das", confiesa Mari Carmen, indicando con su dedo la siguiente sílaba a leer.

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