Gente de aquí y de allá

Martín Pérez, en el umbral de 'El Rinconcito' (I)

Martín Pérez Campillo, conocido en el mundo flamenco con el remoquete de 'Martín el del Rinconcito', vio la luz primera en la huelvana Plaza de la Merced el 24 de octubre de 1947. No obstante, sus primeros años los pasó en el cien veces altamente venerado trozo de Huelva que contiene el barrio de Las Colonias.

Sus primeros recuerdos lo llevan a la Plaza de Toros de la Merced convertida en cine de verano, a la Plaza de la Merced, en donde la impresión de Huelva era la de una pequeña ciudad romántica, llena de duendes y de trovas y leyendas marinas, en la que, en su templete, tocaba la Banda Municipal de Música, una plaza seductora: con mucho sol, flores en las macetas y caritas morenas tras las rejas; al Conquero, esa maravillosa zona de Huelva donde sus cabezos parecen de Suiza y su arbolada florida hace soñar con vergeles de Valencia, el Molino de la Vega, al que, en ocasiones, llegaba el agua a su zona media y en el que luego estuvo trabajando cerca de treinta años y en el que conoció al hoy prestigioso Bar 'Patrón', como simple taberna; la Cinta, con su sencillez conmovedora, la iglesia de la Merced con su suntuosidad grandiosa, el huerto de 'El Pelao', donde se iban los chavales de la época los domingos…

Estudió en la Escuela Francesa, pero pronto se dio cuenta de que lo suyo era el cante y estuvo en el colegio lo estrictamente necesario. Pronto, en 1968 ó 1969, se adhirió a un grupo que nació en nuestra ciudad y que respondía al nombre de 'Los Flamencos de Huelva'. Con este conjunto grabó un disco, en 1973, que gozó de un buen éxito. Dos años más tarde, surgió la figura de Manolo Rubio y con él, en calidad de manager, el grupo aspiró a cotas artísticas más elevadas. Así, grabó el segundo disco

En sus primeros latidos, el grupo 'Los Flamencos' estaba compuesto por José Antonio, Juan Miguel Santos, 'Pepito Bulerías', Joaquín (más tarde en 'Los Rocieros', y Martín Pérez. Después, entró Manolo Millán (que había dejado 'Los Marismeños').

Durante la grabación de su segundo disco, tras formalizarse el grupo, la Casa discográfica entendió que no era comercial el nombre artístico de 'Los Flamencos' y cambiaron el nombre pasando a llamarse 'Los Gachós'. En esta nueva etapa, formaban el conjunto flamenco Manolo Pozo Cascales, Martín Pérez Campillo, 'Pepito Bulerías' y Fernando Gallego. Poco después, 'Pepito Bulerías' se enroló con el mítico grupo 'Jarcha', y en su lugar entró José Antonio Ramírez 'El Tato', que había dejado el grupo 'Los Duendes'. Después, salió de esta cohorte flamenca Fernando Gallego y, en su lugar, entró Alfonso Illescas que coincidió con el gran éxito de 'Los Gachós'. Con este nombre, grabaron siete discos, entre ellos el celebérrimo fandango de la cacería, cuya gallardísima letra decía y dice:

'Qué bonito es el fandango/ Al amanecer el día/ en el silencio del campo/ cuando voy de cacería…'

También sonó bastante unas sevillanas, de Eliseo Monsalvete, que se titulaban 'Sale la Virgen'; un tema de Felipe Campuzano que se llamaba 'No te atormentes, morena'… Con su magnífico repertorio en 1975 y 1976 actuaron en toda España con general éxito. El inconveniente de este grupo huelvano consistía en que sus componentes eran artistas-obreros, esto es, alternaban su trabajo con las actuaciones, algunos estaban casados y por estos y otros inconvenientes, 'Los Gachós' se disolvieron.

En la temporada del primer ascenso a Primera División del club de nuestros amores, Isidro González, Antonio 'El Jaraqueño', Eduardo Hernández Garrocho y Martín Pérez Campillo, compusieron en honor del Club Decano, varios fandangos que, más tarde, grabaron Martín, con la finalidad de ganar el sustento y continuar cerca del flamenco, decidió instalar un bar en un lugar céntrico de la ciudad. Y en la estrecha y costanera calle Marina -una de las más típicas de esta Huelva encantadora- había existido un bar que, en pocos años, había tenido un dédalo de propietarios, los cuales siempre lo habían denominado 'El Rinconcito'. Así, lo regentó el excelente bailaor 'El Choro', después lo tuvo Manolo Cabeza que le dio un aire muy bueno y, finalmente, Jesús Duarte. Martín cobijó en el local más efluvios flamencos, instalando un pequeño escenario por el que, a lo largo de cuatro años, desfilaron casi todos los intérpretes huelvanos en aquellas fiestas flamencas que se daban los viernes y sábados por la noche, como 'El Terrible', 'El Pecas', Pedro Pavilo, Manolo Azuaga, José Luis Rodríguez, Juan Carlos Romero... Se puede afirmar que todos los artistas de teatro (Conchita Cuetos, Florinda Chico, José Sacristán…) y los foráneos de flamenco que venían a Huelva a actuar y los locales se acercaban a 'El Rinconcito' (Enrique Morente, Joaquín Amador, Estrella Morente, Paco de Lucía, Juan Carlos Romero, 'El Pecas', Paco Toronjo, los Azuaga, Antonio Sousa, 'El Terrible', 'Los Marismeños', 'El Lumi', Camilo Gómez y un interminable etcétera, que era un lugar de encuentro. Allí, hablaban en amable camaradería un político con un torero, un inspector de policía con un aficionado al flamenco, porque todos coincidían en su afición a S. M. el Fandango.

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