Huelva

La crisis duplica el número de caballos que acaban en el matadero

  • El valor de un ejemplar se ha reducido más del 50% en los últimos años Los ganaderos han diversificado el negocio y sustituido la venta por clases de equitación y adiestramiento

El caballo como negocio prosigue su travesía en el desierto. El sector sigue sin sacudirse los efectos de una crisis que ha duplicado el número de animales que van directamente al matadero.

Los datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente muestran que en 2004 fueron sacrificados 25.481 animales, en un momento donde la cabaña equina podía ser un tercio superior a la actual, según apuntan los expertos. Ya en 2011 la cifra de animales sacrificados se duplica, alcanzando los 50.024 ejemplares. En 2012 la cifra necrológica alcanza un récord: 72.582. A partir de 2013 la cifra se estabiliza en 50.954; baja ligeramente hasta los 48.115 en 2014; mientras que en 2015 repunta ligeramente hasta los 52.908.

Estas estadísticas oficiales, además, no tienen en cuenta en gran número de animales que fueron abandonados a su suerte ante la imposibilidad de sus propietarios de asumir los costes de manutención: comida, herrajes, veterinario y seguros de responsabilidad civil.

La Feria Ganadera de Niebla, celebrada durante la festividad de Tosantos, fue la viva radiografía de un negocio que subsiste por el componente romántico y la resistencia de muchos empresarios a abandonar un modo de vida. En la cita iliplense la mayoría de las transacciones comerciales prescindieron del pago en metálico en favor de fórmulas más ancestrales como el cambio de género, retrato de una mercado donde aun fluye poco el efectivo.

El ganadero ha conseguido mantener sus ingresos gracias a la diversificación de su negocio con clases de equitación y adiestramiento, teniendo cada vez menos peso en su facturación la propia venta de género.

Julián Aguilera lleva más de treinta años acudiendo fiel a su cita en Niebla. Hace dos lustros por alguno de sus mejores sementales se pagaban a más de 6.000 euros, sin pestañear y prácticamente sin que antecediese una maratoniana negociación. "Ahora pides esa cantidad y salen corriendo", en el sentido más literal. No en vano, la cotización ha bajado más de un 50%. A pesar de todo, indica que siempre existe quien se encapricha de algún caballo y paga un precio más elevado que lo que determina la ley de la oferta y la demanda, si bien la horquilla de precios se sitúa entre los 1.200 y los 2.200 euros, destaca Aguilera.

Muchos de los ganaderos que acuden a la última feria del año lo hacen movidos más por el componente social que por el económico. José Clavijo encaja perfectamente en este perfil. El yegüerizo bollullero recuerda que ya acudía puntualmente a su cita hace medio siglo cuando la cita iliplense constituía el punto de referencia para cualquiera que quisiera tratar con un animal, mientras que en los alrededores se instalaba toda una industria anexa, con venta de guarnicionaría y serones. "Ahora la ganadería está fatal. Las bestias son un artículo de lujo para romerías y acontecimientos puntuales, puesto que para las labores del campo han sido desplazados por el tractor". Ley de vida en el progreso de los tiempos, apostilla el empresario.

A pesar de todo algunas familias tienen en este mundillo unos ingresos extras para el sustento familiar. Rafael Reyes viene de La Palma del Condado y, al igual que sus primos y tíos, prueba suerte en la última feria del año con dos caballos de buen porte y excelente morfología. Sin embargo, sus esperanzas tampoco son muy altas, sabe que "la crisis todavía es importante" en el sector.

Antonio Romero, Veterinario oficial de la Oficina Comarcal Agraria (OCA), confirmó que en la última edición de la Feria de Niebla en el recinto ganadero desembarcaron 221 cabezas de ganado, aunque a la cifra cabe sumar quienes vienen provistos de la autorización de movimiento animal. Hace más de una década se podía llegar al millar. Principalmente entre el 80 y el 90% del género provienen de la provincia de Huelva, si bien también llegan de lugares como Ávila, Badajoz e incluso Mallorca. Romero añade que en Tosantos "nos visitan muchos ojeadores que adquieren la mercancía con la intención de llevan a otros mercados y ferias".

Este año en las instalaciones municipales se ha visto mejor género caballar, eliminando ciertas estampas por la presencia de caballos, burros y mulos con evidentes síntomas de desnutrición que fueron carne del matadero tras no encontrar comprador.

Romero indica que a ello han contribuido la instalación de las corraletas, lo que ha motivado que se cobre entre 40 y 45 euros por estos recintos en los que caben dos o tres animales. En ediciones anteriores se cobraba por un palo 10 euros y a él amarraban varias cabezas de ganado. El incremento del precio ha llevado aparejado que los ganaderos elijan bien qué género traen, optando por aquellos que más posibilidades de venta tienen.

Así lo corroboraban algunos empresarios que apuntaban a que el coste del recinto y de traslados les ha disuadido de venir, prefiriendo llevar el animal directamente al matadero que asumir los costes de acudir a la feria y correr el riesgo de que no te compren el animal o te lo acepten como pago de otra operación.

No sólo Niebla se ha visto damnificada por la crisis galopante que azota al sector. En Rociana, la Feria Agroganadera y Comercial, que enfocó sus esfuerzos en distinguirse de eventos coetáneos especializándose en caballos de pura raza española, tuvo que virar su timón y centrarse en la especie mular.

Bollullos celebró este año la tercera edición de la Feria Ganadera, que tampoco ha tenido el éxito que se esperaba.

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