Huelva

Condenado a más de 10 años de prisión por abusar de sus nietas de 5 y 11 años

  • El Supremo avala a la Audiencia de Huelva, que obliga al abuelo a no comunicarse ni acercarse a las niñas durante más de 12 años

El Tribunal Supremo ha dado su respaldo a la sentencia de la Audiencia Provincial de Huelva por la que se condena a un hombre residente en la Sierra onubense a diez años y dos meses de cárcel por abusar de dos niñas menores de edad, sus propias nietas. El Alto Tribunal ha desestimado el recurso de casación de la defensa y confiere firmeza a la resolución dictada por la Sección Tercera de Huelva en junio del año pasado.

Huelva Información ha tenido acceso a la sentencia, en la que se da por probado que este hombre, que vivía en el piso inferior al de sus nietas, tuvo con ellas comportamientos de índole sexual -como tocarles pechos y vagina o frotar sus genitales con los de las niñas- en los meses anteriores a mayo de 2012 con "ánimo de satisfacer sus inquietudes lascivas". Llegó, incluso, a ofrecer a las crías de cinco y once años dinero para que le tocaran el pene. Todo aprovechándose de su parentesco. El ya culpable de los hechos se masturbaba también delante de ellas. El 5 de mayo de aquel año, mientras lo hacía en el patio de su casa, fue grabado por la mayor de las hermanas desde un balcón.

La Sala subraya como conductas sexuales abusivas contra la indemnidad sexual de las niñas y con conocimiento del alcance de estas acciones los tocamientos que la mayor de las crías se veía obligada a realizarle, la masturbación del abuelo en presencia de la menor y los frotamientos del pene del abuelo en la zona genital de la pequeña. Pero además, destaca otras conductas abusivas como la petición a las chiquillas de que fotografiaran a su propia madre desnuda en la ducha.

Los episodios de abusos eran frecuentes y continuados y siempre se llevaban a cabo en una caseta ubicada en el patio del domicilio de los abuelos. Como consecuencia de ellos las dos hermanas sufren trastornos a nivel de conducta -irritabilidad, hipersensibilidad, retraimiento social-, emocionales (tristeza, pérdida de apetito, sentimientos de culpa y vergüenza), sexuales (conocimiento sexual precoz e inapropiado para su edad) y déficit en habilidades sociales.

La menor de las dos ha conseguido suavizar la gravedad de las secuelas con un arduo trabajo psicológico, aunque todavía no han remitido los daños. Las dos chiquillas siguen en terapia. La madre de ambas también ha necesitado tratamiento psicológico, ya que además de lo que supone que abusen de sus hijas también había sido acosada sexualmente por el condenado 16 años antes.

La Audiencia lo absolvió el 3 de junio de 2015 del delito de exhibicionismo del que lo acusaba la Fiscalía y la acusación particular, pero no lo eximió de cumplir una pena de cinco años y un mes de prisión por cada niña (diez años y dos meses) por un delito de abusos sexuales continuados a menor de 13 años, con la circunstancia de prevalimiento y superioridad.

Además, el abuelo no podrá estar a menos de 300 metros de sus víctimas ni de su domicilio o lugar de trabajo durante doce años y dos meses, y tiene prohibido comunicarse con ellas durante todo ese lapso. Una vez que cumpla la pena de prisión, deberá permanecer otros ocho años más bajo libertad vigilada. También debe asumir las costas del juicio.

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